Se cumple el pronóstico de Jorge Javier Vázquez: Tamara Falcó (41 años) e Íñigo Onieva (33 años) se han reconciliado. La pareja ha decidido darse una segunda oportunidad. O más concretamente, la hija de Isabel Preysler ha decidido perdonar al ingeniero después de tres meses separados. Una historia de compromiso nupcial frustrado, ruptura escandalosa, infidelidades, traiciones, mentiras, reencuentros secretos que marcan la vuelta de la pareja que no ha cogido tan por sorpresa y que sugiere muchas incógnitas. ¿Cómo ha reaccionado el entorno de Tamara Falcó e Íñigo Onieva, sobre todo, Isabel Preysler? ¿Cuál ha sido el gesto definitivo que ha 'obrado el milagro' entre ambos? ¿Qué ocurre ahora con Hugo Arévalo?
Tamara Falcó e Íñigo Onieva se dan una segunda oportunidad: una reconciliación con pocas sorpresas
Tal como ha publicado ¡Hola!, Tamara Falcó e Íñigo Onieva han vuelto. Apenas han pasado tres meses desde el anuncio de su compromiso matrimonial y su fulminante ruptura después de que salieran a la luz las infidelidades del ingeniero, especialmente, aquel vídeo filtrado en el que se besaba con otra mujer durante el Festival Burning Man, en Nevada (Estados Unidos). Una segunda oportunidad que muchos esperaban después de las pistas que han ido dejando los protagonistas a través de gestos y pasos al frente. Tal como aseguran las primeras informaciones, al final ha dado sus frutos el hecho de que el 'cuñado' de Ana Boyer haya "estado pico y pala" intentando recuperar a la marquesa de Griñón.
Íñigo se ha mostrado dispuesto a reconquistar a Tamara desde el principio de este 'impasse' que se han dado como pareja. Aguantó el chaparrón de las durísimas palabras que le dedicaba después de abandonar la casa en la que convivían y refugiarse en 'Villa Meona', arropada por su madre y su hermana, Isabel Preysler y Ana Boyer. "Aprovecho para pedir de nuevo perdón a Tamara, lo haré las veces que haga falta. Es algo que me tiene totalmente destrozado y de lo cual me arrepiento, de haberle hecho daño y haberle hecho daño", afirmaba ante los medios después de que Falcó rompiera su compromiso.
Las pistas que han llevado hasta la reconciliación
Aunque los rumores apuntaban a que había tirado la toalla, lo cierto es que Onieva, que se había refugiado en su familia durante la tormenta, había empezado a ir a misa y antes de Navidad hacía parte del recorrido del Camino de Santiago. Durante estos meses, Íñigo ponía su vida en orden e iniciaba una vida nueva en su nuevo piso mientras la hermana de Ana Boyer empezaba a salir con un amigo en común, el empresario Hugo Arévalo.
Muchos interpretaban que la hija de Isabel Preysler estaría intentando despertar los celos de su exnovio. Entretanto, se filtraban los encuentros secretos de la pareja. En al menos dos ocasiones entre noviembre y las primeras semanas de diciembre, ambos coincidieron e incluso, como avanzó Jorge Javier Vázquez, habrían mantenido una conversación hasta altas horas de la madrugada a finales de noviembre.
Y ha sido la Navidad la que ha obrado el milagro entre ellos. Hugo Arévalo parece ya algo anecdótico en la historia de amor de Tamara Falcó e Íñigo Onieva, quien cargaba duramente contra él por su acercamiento con su expareja. La marquesa y el ingeniero, tal como ha contado Pilar Vidal, se encontraron en la Misa del Gallo que tuvo lugar en la Parroquia de Puerta de Hierro en la noche del 24 de diciembre. Si bien no comparten banco en el templo, sí que se ven "cuando van a adorar al Niño Jesús".
La mayor incógnita: ¿Reactivarán su boda?
Entre ellos ha vuelto a nacer la chispa, justo cuando Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa son noticia por su sorprendente ruptura tras ocho años juntos. De momento, lo poco que se sabe es que el entorno cercano de Tamara e Íñigo han reaccionado a su reconciliación con estupefacción. E incluso puede que la madre de la marquesa sabría de la situación de su hija "desde hace muy poco".
La gran incógnita es si la pareja, que anunció su compromiso a finales de septiembre de 2022, además de retomar su relación, también reactivarán su decisión de casarse el 17 de junio, como habían fijado.