La retirada de Joaquín Sánchez (41 años) era un momento que tenía que llegar. Cada temporada se especulaba con lo mismo. Cada año seguía sorprendiendo que siguiese en activo un año más. El día de la retirada ha llegado y el futbolista lo hizo público el pasado miércoles 19 de abril. En todo momento ha estado arropado por su familia. Su mujer, Susana Saborido (38 años), no podía creérselo y el momento en que sus hijas han salido al escenario a apoyarlo, ha provocado un mar de lágrimas en todos los presentes.
Emoción y lágrimas en la despedida de Joaquín
Lo habitual es que cada vez que imaginemos a Joaquín sea con una sonrisa en la cara o gastando una broma. Y en un día tan señalado y especial para él, no podía ser menos. El deportista entró en la rueda de prensa haciendo alarde de su buen humor y exclamando: "Era broma, no me voy a retirar". Todo esto mientras sus propios compañeros y toda la prensa que se encontraba en la ciudad deportiva del club se dejaba las manos aplaudiéndolo.
El gaditano era consciente de que era un momento complicado en su vida, de esos que uno sabe que le va a costar poder exteriorizar sus sentimientos. Comenzaba su discurso intentando aguantar las lágrimas: "23 años han dado para muchas cosas y soy parte indispensable de esta bendita locura llamada fútbol", exponía mientras tragaba saliva. El bético continuaba un emotivo discurso, en el que como era de esperar incluía alguna broma que hiciera lanzar una carcajada a los asistentes.
Su mayor apoyo: su familia
En estos momentos tan especiales, no podía faltar su familia y todo el equipo directivo para acompañar a Joaquín. Precisamente, el de El Puerto de Santa María siempre expone lo orgulloso que se siente de su familia. Tanto la mujer como las hijas, que no paraban de llorar en todo el discurso, han sido partícipes de éste. De hecho, ha sido cuando Susana le ha preguntado a la hija menor sobre el cambio que provoca en sus vidas el hecho de que su padre abandone el fútbol, cuando se ha vivido un momento irrepetible. La pequeña cogió el micrófono para intentar dar respuesta. Pero tal era la emoción, que no ha podido pronunciar ni una palabra, dirigiéndose inmediatamente a abrazar a su homenajeado padre.
Susana Saborido también ha querido formar parte de esta decisión. "Yo no me creía que se iba a retirar. Temblando estoy con la nueva etapa", declaraba su esposa. Por un lado, la sevillana no se podía creer que ese momento hubiera llegado. Y, por otro, le provoca cierto reparo lo que le deparará el futuro, ya que nunca se sabe por dónde puede acabar saliendo el bético. De hecho, se vivió otro momento de risas en la sala cuando ella le dijo: "Ahora no tienes excusa de ir a llevar a las niñas al colegio". Y él, experto en batallas y con respuestas para todo, zanjó entre risas: "Tendré grabaciones".
El pasado y el futuro de Joaquín
El simpático jugador quiso también hacer un viaje por el pasado, empezando por los desplazamientos en tren cuando era un crío. “Qué difícil es decir 'hasta aquí llegué' porque echando la vista atrás, me doy cuenta de que no fue fácil”, recordaba mientras tomaba aire para poder avanzar. “Llamé a mi padre para decirle que ya era jugador del mejor equipo del mundo, el Real Betis Balompié”, comentaba con una amplia y orgullosa sonrisa en su cara.
En cuanto a los planes de futuro, no ha querido desvelar nada. Ha expresado su deseo de centrarse en su familia y en su descanso, ya que han sido más de 20 años como jugador de fútbol profesional. Algo que sin duda va a echar de menos y que tiene que empezar a asumir, según sus propias palabras, cuanto antes mejor.