A sus 8 años, Suri Cruise adora pasar tiempo con su madre, Katie Holmes. Madre e hija se han convertido en inseparables desde que la actriz rompiera su matrimonio con el padre de la pequeña. Las dos, aliadas contra el mundo, se dejan ver por Los Ángeles en mercadillos de frutas y verduras, disfrutando del exclusivo barrio residencial en el que viven en Calabasas (California) y también pasando tiempo frente al espejo. Suri ha heredado la coquetería de su madre (y de su padre, que tampoco va falto) y desde bien pequeñita ya jugaba a maquillarse y a peinarse como hacía la de ‘Dawson crece’.
Hace unos años, Suri era de las que salía a la calle con tacones y no perdonaba la barra de labios y muchos consideraron que el comportamiento de la niña no era el adecuado a su edad. Suri tan sólo jugaba como cualquier otra niña que siente interés por los productos de cosmética, y que desea imitar a la persona que más admira, su madre. No vemos nada de malo en ello.
Suri no es ningún bicho raro. Pasa tiempo junto a Holmes, claro, pero también tiene amigas de su edad con las que corre, ríe y se divierte como toda niña. No criminalicemos sus juegos.
Katie no encuentra nada perjudicial en la conducta de su hija, de hecho, siempre la ha alentado a ser como ella es. Durante algún tiempo, la intérprete no salía de la casa si su pequeña no daba su aprobación. Y estamos hablando de una niña que, por entonces, no sabía ni leer, ni escribir, pero que dejaba a todos ‘shockeados’ con cada uno de sus looks. Su ‘#girltime’, como ella lo llamó en Instagram, es una imagen preciosa que captura la complicidad que existe entre madre e hija. “Lo más importante para mí, es dejarle claro lo orgullosa que estoy de ser su madre. Sus cumplidos son todo para mi”, contó hace unos meses en su entrevista con el Today Show.
Por CONCHI ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS