Cuando Raquel Mosquera era confirmada como concursante de 'Supervivientes 2018' una de las cuestiones que más interrogantes generaba era todo lo relacionado con los problemas de su salud mental. Fue la misma empresaria la que desveló que padece un trastorno bipolar, del que además ha hablado con total naturalidad. Un detalle que ha ayudado, por otro lado, a normalizar esta compleja enfermedad y a ayudar a otros que, como ella, también la padecen. La incógnita ha sido cómo iba a reaccionar la concursante ante el drástico cambio de ambiente, las durísimas condiciones en las que se desarrolla el concurso, la falta de alimentos y el estrés de los problemas de convivencia. Aunque la tiene totalmente controlada con la medicación y el equipo médico que vela por su bienestar, hay situaciones que no se pueden prever y el reality ha demostrado que puede pasar de todo. Por el momento, Raquel está teniendo una progresión impecable dentro del concurso, con las dosis adecuadas de espectáculo, identificación con la audiencia y polémica.
Cualquier cambio (y está viviendo muchísimos en un lapso de tiempo muy corto) puede producirle desequilibrios y descompensarla. De ahí que se indignara tanto ante los ataques de uno de sus más acérrimos detractores: Fernando Marcos. Antes de ser expulsado de 'Supervivientes', señalaba que Raquel se 'columpia' de sus deberes para con el grupo. Mosquera sin subterfugios declaraba que "por la noche me tomo unas pastillas que me dejan dormida y ellos se van muy tarde a por cangrejos”. Efectivamente, las nuevas circunstancias en las que está envuelta Raquel están destapando unos efectos diferentes de su medicación y si no sigue al pie de la letra las indicaciones de los médicos "podría desestabilizarse”.
Lo que no cabe duda, y que ha sorprendido gratamente a todo el entorno cercano de la peluquera, es que está demostrando una gran fortaleza a base de superar todos sus obstáculos.