La séptima gala de Supervivientes 2020 será recordada por polémica y controvertida. Y guerrillera. Tras los reencuentros del pasado martes, el grupo de los desvalidos han dejado de serlo para convertirse directamente en el nuevo grupos de los siervos (sin Antonio Pavón, que ha tenido que abandonar forzosamente el concurso por un problema de salud). En su puesto ha entrado Fani, que ha perdido su duelo contra Ferre esta semana.
Fani no ha vivido su mejor noche. Tras ser salvada por la audiencia hasta en cuatro ocasiones hoy el público se decantaba por Ferre siendo ella la expulsada, aunque ha recalado en el antiguo grupo de los desvalidos que ahora, como concursantes de pleno derecho, son los siervos, pero es que además ha sufrido un fuerte ataque de ansiedad tras una discusión con Ivana Icardi y encima ha sido nominada por su nuevo grupo.
Fani luchará contra tres pesos pesados: Hugo Sierra, al que Nyno ha nominado directamente como líder del grupo, Ferre, nominado por su líder en los mortales, Barranco, y José Antonio Avilés.
Los cuatro nominados se jugarán la próxima semana la expulsión definitiva, la quinta tras Bea, Vicky, Alejandro y Cristian Suescun, sin contar a Áviles que también está fuera del concurso por prescripción médica.
La dinámica del concurso ha dado un giro importante y es que de nuevo son concursantes 12 personas y la competencia ahora es mucho mayor. Por si fuera a poco todos tienen cuentas pendientes y la carga psicológica tras dos meses en Honduras comienza a pesarle a todos.
Ferre y José Antonio Avilés vivirán su semana como nominados en una nueva ubicación, Cayo Paloma, donde las condiciones de vida son más cómodas y hay más pesca, mientras que Fani y Hugo lo harán en Cabeza de León, la misma ubicación donde vivían antes como desvalidos.