Hace sólo un año que Tamara Falcó hacía público que estaba sufriendo un problema de tiroides que le había hecho ganar peso. Cambiaba entonces su silueta habitual y habló con franqueza de cómo lo estaba viviendo, dado que estaba siendo un tema de salud que escapaba a su voluntad. En un análisis superficial, Tamara lucía curvas, pero le estaba acarreando muchos más problemas (y serios) de salud y también de autoestima que, al fin y al cabo es la auténtica miga de la situación de Falcó.
Con absoluta honestidad, confesó que había decidido apartarse de los actos sociales por este motivo. Pero reflexionó y decidió enfrentarse a su nuevo físico, empezó a aceptarse y a quererse de nuevo. La esencia estaba intacta, al fin y al cabo. En manos de los médicos, entendió que era algo circunstancial y, guapa y natural como siempre ha sido, la hija del Marqués de Griñón expuso sin tapujos esta nueva circunstancia desde su experiencia.
“Tener una buena actitud definitivamente ayuda”, eran sus positivas palabras entonces. Admitía que estaba empezando a aceptar sus curvas (la actitud más sana), aunque lo cierto es que le han durado poco, por fortuna para su salud. La hija de Isabel Preysler adelgazó en un corto lapso de tiempo a base de dieta, sesiones con un entrenador personal -que le regaló su madre- y del tratamiento médico que necesitaba. A voluntad y disciplina no le gana nadie.
Ha pasado un año desde que viéramos a Tamara con el cambio físico que llamó tanto la atención y, en cada una de sus apariciones públicas en estos 12 meses, la más risueña de ‘Miraflores’ ha seguido dando una lección tras otra de estilo, pero sobre todo de capacidad para amarse sea cual sea la coyuntura vital por la que pase.
Falcó, que sigue cultivando su faceta de diseñadora de moda, ha tomado las riendas de la organización de la boda de su hermana Ana ya que, según ella misma ha contado en su Instagram, se ha erigido la ‘wedding planner’ del que será el evento familiar del año.
Sin duda Tamara Falcó es todo un ejemplo de naturalidad y su manera de afrontar lo que para ella fue un drástico cambio de imagen y de lucir su nueva figura sin esconderse fue toda una lección para quienes a fecha de hoy todavía se atreven a juzgar a las personas por su físico.