Este próximo enero, Andrea Molina, fruto de la relación de Lydia Bosch y Micky Molina, cumple 26 años. Aún así, siempre seguirá siendo esa niña que le robaba el pintalabios a su madre para llenarle la cara de besos. La relación entre madre e hija no puede ser más especial. La modelo y actriz no ha cogido un camino fácil para hacerse un nombre en el mundo profesional de la interpretación; sin embargo, sabe que siempre va a poder contar con su progenitora, pase lo que pase.
Por el momento, el trabajo y la constancia están dando sus frutos y las cosas no le están yendo nada mal. Como prueba, por obra y gracia de la publicidad y en un paréntesis de su exitosa carrera en Estados Unidos, Andrea Molina se ha convertido en la 'novia' del atractivo Miguel Ángel Silvestre para la firma Springfield.
Marquesinas de autobús, lonas, flyers y enormes murales. Por todas partes, podemos encontrar la idílica imagen de Andrea y Miguel Ángel cogidos de la mano, como dos enamorados disfrutando del otoño. Cuenta de ello ha dado Lydia, quien ha vivido un fortuito, pero simpático "encuentro". La actriz se hallaba inmersa en las compras navideñas y se ha dado cuenta de que alguien muy familiar la estaba 'vigilando'. Feliz por la coincidencia y, sobre todo, desde el más profundo orgullo de madre, ha recogido el momento en el que se ha encontrado con una de las fotos publicitarias protagonizada por su hija. Con una pose simpática se ha fotografiado con ella y le ha enviado un saludo: "Cuando vas andando por la calle y te encuentras a alguien que te resulta muy , pero que muy FAMILIAR ... 🤔". A Bosch le ha brotado la vena maternal y le ha nacido un "Anda, vamos pa' casa".