A principios del mes de agosto el caso de Daniel Sancho (29 años) copó todas las portadas. De hecho, lo sigue haciendo porque cada día surgen nuevas novedades o giros en las investigaciones que dan motivos para hablar de ello. Sin embargo, la principal víctima es, sin duda, Edwin Arrieta (44 años), el médico colombiano que fue presuntamente asesinado y descuartizado a manos del hijo de Rodolfo Sancho (48 años).
No obstante, también se ha comentado que esta complicada situación ha afectado también a sus familiares, ya que nadie está preparado para sobrellevar una noticia de este calibre. El cambio de vida al que se ha visto obligada la madre del acusado Silvia Bronchalo (48 años) ha sido brutal, ya que ha dejado todo para trasladar su residencia al país del sudeste asiático donde se encuentra encarcelado su hijo.
Silvia Bronchalo retoma su día a día en Tailandia
Silvia no es la misma persona que hace un mes, a tenor de sus actitudes y comentarios. En sus primeras semanas en la isla comenzaba a adaptarse a la nueva vida que le esperaba lejos de su hogar y su familia pero todo lo hacía por poder estar al lado de su hijo y mostrarle su apoyo diariamente. Sin embargo, con la llegada de ex a la prisión de Koh Samui desapareció por completo para dejarle su espacio y evitando así la fotografía conjunta que todos los medios deseaban.
Ahora que ya ha pasado toda la presión mediática que provocaba la estancia de Rodolfo en Tailandia, ella ha retomado sus actividades. En primer lugar, hemos podido verla nuevamente en las inmediaciones de la cárcel tailandesa donde permanece el cocinero español por el presunto asesinato a Edwin Arrieta. Además de los ingresos económicos diarios, Silvia puede comprobar de primera mano cómo se encuentra su hijo tanto física como psicológicamente tras un mes en prisión.
Además, tiene una buena noticia que le da motivos para ser feliz, si es que con esta situación puede estarlo. El reportero del programa ‘TardeAR’ informaba que le habían aceptado el poder notarial que en una primera instancia le rechazaron. “El jefe de la corte provincial de Samui ha aceptado finalmente el poder notarial que Silvia solicitó. Le servirá única y exclusivamente para acceder a la documentación policial sobre el caso de su hijo y hacerse con copias sobre el mismo. Algo que había conseguido ya Rodolfo Sancho la semana pasada”, comentaba.
El gran cambio de Silvia Bronchalo
En cualquier caso, la ex del actor ha sufrido distintos cambios en las apariciones que ha ido teniendo durante todo este mes. Para empezar, era una completa desconocida cuando todo saltó por los aires. Sin embargo, lo dejó todo en nuestro país para viajar a apoyar a Daniel, justo el primer día que podía hacerlo tras los diez días de aislamiento que tuvo que pasar el autor confeso del crimen nada más ingresar en prisión por el protocolo del coronavirus que mantienen en el país asiático.
Las miradas estaban puestas en ella y en aquella primera vez ante las cámaras. Sin embargo, no quiso detenerse ante los medios, entrando directamente y deprisa en el centro penitenciario oculta bajo unas enormes gafas de sol negras. Además, se encontró con la sorpresa de que los medios allí agolpados habían llegado al acuerdo de no hacerle ningún tipo de preguntas, respetando su dolor y dándole tiempo a que fuera ella la que decidiera cuándo hablar ante las cámaras, conocedora de que aquellas primeras palabras darían la vuelta al mundo.
En la segunda visita a su hijo quiso detenerse a la salida para poder aclarar ciertos aspectos que se habían comentado. “Os agradezco mucho el interés, el respeto y la empatía”, comenzaba diciendo. “Yo no soy del medio, no soy mediática, no tengo ningún interés en salir en televisión y os agradezco mucho el respeto”, proseguía. Tras estas palabras, procedía a explicar cómo se encontraba su hijo en la prisión de Koh Samui para acabar siendo muy tajante sobre sus sentimientos: “Nadie se espera una cosa así, nadie está preparado para recibir una noticia así, no te preparada nadie”.
Sin embargo, esas palabras fueron las únicas que pronunció Silvia. A partir de ahí silencio absoluto. Es cierto que siempre han intentado rebajar la presión mediática generada a las puertas de la penitenciaría pero desde aquel día no ha querido volver a dirigirle la palabra a la prensa, llegando a la prisión para ver a su hijo y saliendo de la misma para regresar a su refugio. Luego permaneció más de una semana sin acudir a las visitas, puesto que solo podía asistir un familiar y este era Rodolfo. Con el regreso del actor a España ha vuelto a sus rutinas y visitas diarias, aunque en la mañana de este miércoles se ha encarado con la prensa e incluso les ha grabado con su móvil, un gesto que ha pillado totalmente por sorpresa a todos.