Varapalo judicial para Daniel Sancho (29 años). La Fiscalía Provincial de Madrid se opone a solicitar a las autoridades Tailandesas la extradición del hijo de Rodolfo Sancho, que deberá permanecer en Tailandia.
Daniel Sancho tiene abierta una causa con la justicia española por un supuesto delito de lesiones, pero esto no requerirá la presencia del relaciones públicas en Madrid; por lo que deberá seguir en la cárcel de Koh Samui (Tailandia) donde permanece retenido desde el pasado 9 de agosto cuando, supuestamente, se autoinculpó de la muerte de Edwin Arrieta; un médico cirujano, con quien, al parecer, mantenía una relación de negocios y personal.
El representante de la Fiscalía asegura que "existen medidas alternativas a la extradición, que permitirían la celebración del juicio". De lo que se extrae que la futura vista oral, aún sin fecha fijada, será celebrada por otra vía que no requiera la visita del joven a la capital española.
Además, Fiscalía sostiene que "no consta que el acusado en Tailandia busque sustraerse la Justicia española, ya que siempre ha estado a disposición del Juzgado".
Daniel Sancho, problemas con la justicia en Tailandia y en España
Antes de que se cruzara en su vida Edwin Arrieta, Daniel Sancho ya había vivido un anterior encontronazo con la justicia en Madrid, su ciudad de origen. Todo ocurrió un 9 de noviembre del 2021, en una parada de taxis. Ahí, el hijo de Rodolfo Sancho y de Silvia Bronchalo se peleó con una de las personas que hacían cola para tomar uno de los vehículos y acabó propinándole una serie de puñetazos, que dejaron a la víctima seriamente lesionada. Un delito de lesiones que podría tener próxima resolución judicial a comienzos del próximo año.
Estaba en el aire si, con esta causa pendiente con la Justicia española, Daniel Sancho debería viajar a Madrid desde Koh Samui; pero parece que queda descartado del todo. La Fiscalía solicitó para él más de un año de prisión, así como el pago de la responsabilidad civil.
Antes de este altercado, Daniel Sancho también habría tenido otro problema con las autoridades, aunque este menor importancia, ya que no acabó en denuncia. En esta ocasión fue durante un concierto, cuando las restricciones por el covid estaban más vigentes y férreas. Al relaciones públicas se le solicitó que estuviera en su asiento, pero este, supuestamente, desobedeció a los controladores y se requirió presencia policial. Esto desembocó en una denuncia por delito de resistencia a la autoridad.