Shaila Dúrcal ha acaparado todas las miradas durante la última emisión de Gente Maravillosa, el programa de Telemadrid liderado por Toñi Moreno. La cantante ha vivido unos meses de grandes cambios y, a día de hoy, no puede estar más feliz con la transformación física tan brutal que ha experimentado durante los últimos meses. La hija de Rocío Dúrcal ha adelgazado 20 kilos y se ha mostrado encantada con su nueva imagen después de haberse sometido a un método de adelgazamiento de lo más efectivo: "Para mí ha sido un aprendizaje fundamental en mi vida, con el apoyo que me hacía falta para volver a sentirme feliz conmigo misma", escribía recientemente en redes sociales. Pero ahora, Shaila ha abierto su corazón en pleno directo y, ante la presentadora, ha relatado los problemas alimenticios que sufrió en su adolescencia.
Para Shaila Dúrcal, el tema de la comida no es tabú y siempre que ha tenido la oportunidad de hablar lo ha hecho. La artista ha detallado sus vivencias y cómo su ajetreada vida le ha afectado: "A mí me engorda el aire. A mí siempre me ha perseguido subir y bajar el peso. Uno lo va sobrellevando como puede. Estuve en esas edades jóvenes y con la cabeza confundida de esa forma. Nunca tuve anorexia pero sí tenía ese desarreglo de comida. Con mis padres viajaba mucho y era muy difícil", ha comenzado explicando.
Además, si de algo se arrepiente es de no haber buscado ayuda a tiempo: "Creo que lo escondía mucho. Cuando más lo sufrí fue de los 15 a los 20 años, más o menos. Creo que fue lo mas difícil. Ya a los treinta y tantos es cuando logré tener una mentalidad estable con la comida pero hay momentos y momentos en la vida. Pero sí que es verdad que cuando eres joven es mucho más difícil", ha seguido Shaila Dúrcal orgullosa a más no poder de su cambio de mentalidad, algo con lo que ha conseguido sobreponerse a este bache.
No todo ha sido un camino de rosas pero, a día de hoy, Shaila se encuentra con las fuerzas suficientes de afrontar cualquier contratiempo a pesar de todo lo malo a lo que ha hecho frente: "Mi problema era mi ritmo de vida, cambios de horarios, viajes, los espectáculos.... Se me juntó lo de la tiroides, tengo hipertiroidismo. He usado la comida para castigarme y premiarme... Estoy manos a la obra con la vida sana porque quiero sentirme bien".
Pero, ¿cuáles son sus planes de futuro? Shaila también se ha manifestado sobre este tema y ha negado rotundamente la idea de convertirse en madre: "Yo soy madre todos los días porque yo niño que encuentro, aunque sea desconocido, yo siempre me lo quiero llevar. Pero me encantan los niños cuando son bebés. Soy niñera en ese sentido, pero a corto plazo. Me da luego miedo tenerlos", ha contado.
Eso sí, Aitana la hija de su marido Dorio, es una pieza fundamental en su día a día y no se imagina la vida sin ellas: "Para mí, Aitana, es mi hija. Me la dieron ya hecha. Me ahorré el embarazo. Yo siempre he estado en su vida, siempre he intentado ser su mejor amiga adulta porque quieres ganar esa confianza. Ella es una tipa con mucho carácter y una personalidad muy fuerte", ha concluido.