La tarde empezaba calentita en Sálvame. Kiko Hernández aseguraba que tenía una información en su poder que podría acabar con la relación sentimental de uno de los integrantes del programa. Pero, ¿quién? Mientras las miradas pasaban de Raquel Bollo a María Patiño, incluso Lydia Lozano, la realidad quedaba un poco más lejos. La afectada resultó ser María Lapiedra. Al parecer, la colaboradora habría sido vista en compañía de otro hombre y en actitud muy cariñosa. Algo que Lapiedra no duda en negar…
María Lapiedra levantaba el teléfono muy enfadada. Lo que se había afirmado en Sálvame había hecho que se le acabase la paciencia en cosa de segundos. Su relación con Gustavo González volvía a estar en tela de juicio y la colaboradora explotaba. Según había narrado Hernández, testigos presenciales habrían visto como Lapiedra “se morreaba con un hombre bajito, gordito, calvo y con un polo blanco”.
“Si hay imágenes, enséñalas y punto”, retaba María. “Estoy superenamorada de Gustavo.¿Cómo me voy a morrear con un amigo de él? ¿Estáis locos?”. Al parecer, el implicado en cuestión no era más que un amigo del paparazzi, dueño de un restaurante en el que la colaboradora iba a hacer un bolo ese mismo día. Ni hubo beso ni nada, explicaba Lapiedra. Tan solo estuvieron tomando algo y al comprobar que les estaba haciendo fotos, preferían abandonar el local.
Con todo, los colaboradores del programa no terminaban de estar convencidos con la historia, pues Lapiedra prefería guardar discreción acerca del local y el nombre del restaurante de su amigo, algo que tanto Kiko Hernández como Lydia Lozano no terminaban de comprender.