Kiko Hernández está pasando una de las experiencias más impactantes de su vida. El colaborador de 'Sálvame' confesaba haber sido víctima de un robo, del que ha ofrecido una turbadora narración. La situación no puede ser más alarmante, pues tendría sospechas de alguien a quien conocería. No en vano, las primeras vías de investigación han encontrado "restos personales" de las personas que han asaltado su hogar y han perpetrado el robo de material presuntamente sensible. Él mismo se ha querido dirigir a los ladrones mandándoles un contundente mensaje.
La sensación de indefensión es absoluta, pero por lo que se siente más dolido es por los objetos de carácter personal y valor sentimental que le han arrebatado.
Tal como contaba, unos ladrones han accedido a la fuerza a una de sus casas llevándose "fotografías y grabaciones". Kiko denunciaba los hechos en la comisaría de Alcobendas e informaba de que "la Policía Judicial ha estado ya en casa tomando huellas". Un trago amargo del que ha adelantado más detalles sobrecogedores este jueves 20 de diciembre.
La tristeza y la indignación se mezclan en Kiko, quien declara "sospechar de alguien", pero no puede aportar pruebas. A pesar de la impresión que le generado, Hernández no se ha venido abajo y, desde el plató de 'Sálvame', advierte a quienes han querido hacerle daño: "No voy a parar hasta que dé contigo".
Porque si algo le chirría al tertuliano y a los investigadores de este robo, es el inusual escenario que han dejado los delincuentes. Para empezar, Kiko sugiere que han actuado varias personas, pues "han arrancado parte de una fachada" para acceder a la vivienda.
El colaborador ha revelado que se han llevado también "un cuadro enorme" en el que aparecía con su compañera Lydia Lozano, ambos caracterizados de John Lennon y Yoko Ono. Asimismo, no entiende algunos detalles que, para él, están insinuando cierto móvil emocional en este delito del que ha sido víctima. "Han aparecido seis tazas rotas con el logo del programa y se han llevado objetos personales", ha afirmado.
La policía llegaba "el lunes sobre las cinco de la tarde", para estudiar la escena del robo y le aseguraban que era "tan raro lo que ha ocurrido". Y es que se han dedicado a abrir cajas que guardaban en su interior objetos de valor sentimental, como las fotos que guardaba de recuerdo de las vacaciones de 2017. "Abren esas cajas y no en las que se especifica que guardan cosas de valor material", declaraba con la mosca en la oreja.
Es tal el disgusto que se ha llevado que no puede más que sentirse "triste y apenado por la cuestión sentimental", y ha confesado que ni su familia ni él quieren volver a la vivienda, a pesar de que tenían pensado celebrar allí la Nochevieja. Aunque no quiere volver a pisar el lugar, no tiene más remedio que hacerlo de nuevo seguramente para hacer el inventario y facilitar la investigación. "Tenía tan buenos momentos de estos dieciséis años en esa casa... Me moriré de pena", se lamenta.
Kiko Hernández ha concluido su terrible narración asegurando que hay habitaciones en las que los ladrones tampoco han entrado, dando la sensación "de que conocían bien la casa y tenían claro lo que buscaban". "Incluso tengo una lata con dinero guardada en un cajón y precisamente ha sido ese cajón el que han abierto", ha dicho desconfiado.