La pasión de Aída Nízar por Italia parece que no se queda solo en sus platós de televisión. La ex gran hermana ha conseguido que su breve paso por la casa de Grande Fratello haya servido para posicionarla como una auténtica estrella. No solo los fans piden su vuelta al reality, sino que, además, no para de conceder entrevistas en revistas y programas. Todos quieren un pedacito de Aída para revolucionar la audiencia. Ahora, en uno de estos encuentros, la colaboradora ha confesado que, además de la comida y la televisión, ha habido otra cosa de Italia que también la ha cautivado...
El huracán Aída llegaba a Italia dispuesto a arrasar con todo. Primero fue colaboradora en un programa dominical, pero esto era poco para ella. La ex gran hermana más polémica fichó como concursante de Grande Fratello, dispuesta a revivir su paso por la casa de Guadalix, aunque con un poco más de experiencia televisiva. No es que su paso por el reality fuese muy largo -tan solo dos semanas-, pero le bastó para convertirse en una estrella en el país vecino.
Aída ha conseguido que el público, e incluso sus excompañeros de la casa, se hayan rendido a sus pies. Y eso que ha desplegado todo su legendario carácter sin cortarse ni un pelo. Pero, ¿cómo se gestó este salto? ¿Qué hizo que la colaboradora hiciese la maleta para probar suerte en Italia? Pues, al parecer, el amor tuvo algo que ver. Antes de fichar por Grande Fratello, antes de dedicarse en cuerpo y alma a aprender el idioma, la ex gran hermana tuvo un tórrido romance con un famoso italiano muy conocido.
En una entrevista al portal Spy, Nízar se ha sincerado como nunca. “Digamos que fue una historia limpia y bella”, ha explicado la colaboradora. “Me gustan los hombres gentiles, que saben esperar el momento justo tanto en el amor como en el sexo”. '¿Quién es él?', se han preguntado todos los italianos. Pues, al parecer, ni más ni menos que Giacomo Galanda, jugador de baloncesto de origen italiano.
“Éramos jóvenes, nos conocimos por la calle. Fue un flechazo y estuvimos juntos un año y medio, luego me rompió el corazón”, ha afirmado la colaboradora, tal y como recoge Il Sussidiario. “Todavía conservo las cartas. Hablábamos en inglés porque yo, entonces, no hablaba italiano”. Tal vez fue este romance el que sembró la semillita italiana en el interior de Aída. Sin duda, no ha sido mala elección viendo el revuelo que ha generado.