La periodista británica Marcia Moody es la autora de ‘Kate. La biografía’, un nuevo libro sobre la mujer que, algún día, reinará en el Reino Unido. Mucho se ha escrito sobre la vida y la persona de Kate Middleton, pero siempre quedan detalles que, antes o después, acaban saliendo a la luz.
Por ejemplo, ¿sabías que Kate y Guillermo ‘celebraron’ el nacimiento de Georgie cenando pizza? La elección de este plato nada tendría que ver con la mala reputación de la comida de los hospitales, sino con un sencillo capricho de la recién estrenada mamá.
Otra anécdota curiosa es que Kate aprendió a cantar el ‘Cumpleaños feliz’ en árabe antes que en inglés, su lengua materna. La razón es que su padre, Michael Middleton, fue destinado durante dos años a Jordania como piloto de British Airways y la familia se estableció en Ammán. Kate tenía solo 2 años, pero asistió a la guardería Al Saheera con niñas jordanas.
Fue objeto de acoso escolar
El primer ‘trabajo’ de las hermanas Middleton fue posar como modelos para el catálogo de artículos de fiesta de la empresa de su madre, Carole. Kate tenía 5 años y Pippa, 4.
A los 13 años estudió en la prestigiosa escuela para señoritas Downe House. Allí, Kate no terminó de encajar con sus compañeras y fue objeto de acoso escolar por parte de algunas. Le ponían motes, le robaban los libros o se levantaban de la mesa en el comedor cuando una ingenua Kate se sentaba a comer con ellas.
Kate no solo recibió motes en la escuela. Cuando fue conocida por su relación con el príncipe Guillermo, ella y su hermana fueron bautizadas como “las princesas glicina” porque eran “altamente decorativas, olían muy bien y tenían la increíble capacidad de trepar”.
El día de la boda de Kate y Guillermo, el príncipe Harry ‘redecoró’ el Salón del Trono del Palacio de Buckingham y lo convirtió en una discoteca: globos de espejo, sofás y cócteles. Harry, además, fue el alma de la fiesta bailando en el alféizar de la ventana y lanzándose en picado sobre la improvisada pista de baile.