'Sábado Deluxe': La única (y desesperada) petición de Javier Santos a Julio Iglesias

El hijo de la ex bailarina María Edite se ha sentado en televisión después de que su polémica en los tribunales por la demanda de paternidad del cantante haya llegado a la ONU por sus "incongruencias"

Javier Santos en Sábado Deluxe

Javier Santos ha dado el paso y se ha sentado en el plató de 'Sábado Deluxe' para hablar largo y tendido de la polémica que él y su madre mantienen con Julio Iglesias desde hace 30 años. Fue en 1990 cuando la ex bailarina, María Edite, presentaba una demanda de paternidad que fue la semilla a una larga batalla legal que ahora vuelve a ser actualidad tras haber llegado a la ONU.

"Yo no odio a Julio Iglesias, a mi padre", ha dicho Javier Santos a María Patiño en el primer programa de la nueva temporada de 'Sábado Deluxe'. El joven valenciano, que llegó a ser considerado legalmente hijo de Julio Iglesias, aunque luego esa sentencia fue desestimada -y de ahí que el caso haya llegado al organismo internacional- ha confesado no tener ningún "cariño" al cantante. "No le llamo papá, es mi padre biológico. Para llamarle papá, para tener esa connotación cariñosa tenía que haber crecido con esa persona".

Javier Santos, que sería el noveno hijo de Julio Iglesias, ha dejado claro que su único deseo respecto al artista actualmente es que algún día conociera a su hija, de siete meses. "Me encantaría que mi padre conociera a mi hija, es lo que más ilusión me hace en este momento. Aún tiene la oportunidad de conocer a su nieta", ha dicho Javier Santos.

Javier Santos en Sábado Deluxe

Y va más allá en su petición desesperada. "Yo no odio a Julio Iglesias, sí llegué a despreciarlo cuando era muy joven. Solo pienso en mi hija, pienso mucho en ella, me gustaría que tuviese los privilegios que yo no he tenido. La casa de los perros de mi hermana Chabeli es más grande que la que vivo yo", ha asegurado.

En cuanto a él, hace tiempo que abandonó la idea más romántica de tener un padre. "Cuando has visto que a tu madre le han tratado de mentirosa, no hay mayor satisfacción que demostrar la verdad y eso ya lo he conseguido. El día que me llamaron del laboratorio tras analizar varios objetos olvidados por mi hermano Julio, hubo muchas lágrimas. Por fin, iba a poder decir la verdad y demostrar que mi madre no mentía".