Rocío Flores, a lágrima viva, lanza un agradecimiento a su madre, Rocío Carrasco

El 1 de junio de 2006 se apagaba la llama de Rocío Jurado. Lo que ocurrió después en el seno de una familia en la que había enfocado todos sus esfuerzos para mantenerla unida es ya historia. Su nieta, Rocío Flores la ha recordado entre lágrimas y en el plató de 'Ya es mediodía' se ha dirigido a su madre para poner en valor su decisión de mantenerles al margen a ella y a su hermano, David Flores, en el peor momento de la enfermedad de la más grande.

"En la etapa en la estaba ya muy enferma, cuando se fue a Houston, esa parte se la agradezco a mi madre, de ahorrarnos verla malita, ya muy enferma", ha pronunciado con la voz quebrada y los ojos enrojecidos por las lágrimas. Sus compañeros de programa la han escuchado con atención, pendientes de su emoción desbordada.

"Todo hubiera sido distinto si mi abuela siguiera viva, nada de esto hubiera pasado", cree la joven, al igual que la mayoría de su familia. El gesto conciliador con su madre no ha acabado ahí, y también ha reconocido: "No sé si tendría relación con mi madre, seguro que sí, porque mi abuela siempre llevaba por bandera la unión de su familia".

El distanciamiento entre Rocío Carrasco y su hija es mucho más complejo y trasciende, sin duda, la intervención de Rocío Jurado, tal como quedó claro en 'Rocío, contar la verdad para seguir viva' y 'Montealto, regreso a la casa'.

Rocío Flores no ha querido detenerse más en estos detalles y se ha concentrado en recordar, conmovida, a su abuela: "Para mí, toda mi infancia equivale estar al lado de mi abuela, he pasado todo ese tiempo con ella en esa casa [Montealto]. (...) Tanto para mí como para David, ha sido la persona más importante que hemos tenido".