Rocío Carrasco y Ortega Cano evitan saludarse en el homenaje a Rocío Jurado

Rocío Carrasco se deja arropar por Fidel Albiac y por sus compañeros de profesión, para afrontar el rotundo plantón de su familia

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Gtres

El Teatro Real de Madrid albergaba el último homenaje a 'la más grande', casi a punto de cumplirse los 10 años de su muerte. El rostro de Rocío Jurado ha sido inmortalizado por Correos en un sello conmemorativo de curso legal que se venderá hasta 2018. Un honor al alcance de muy pocos.

Sin embargo, y aunque en el evento se han habido momentos de gran emoción, la noticia estaba fuera. En los ausentes, que han sido muchos. La familia Mohedano en pleno ha ignorado la invitación de Rocío Carrasco a sumarse a este homenaje. Ni Amador ni Gloria Camila ni José Fernando, que están siempre a bien de apoyar con su presencia la gran mayoría de actos de recuerdo a su hermana y madre.

La razón del desplante: Rocío Carrasco ha decidido no invitar a su hija, Rocío Flores, a un acto que toma mucha trascendencia, pues es el primero después de que haya dado vía libre al proyecto del Museo de Rocío Jurado en Chipiona.

Gloria Camila, para quien 'Ro' es "la hermana que nunca tuve", ha explicado así su ausencia: "He ido a todos los homenajes a mi madre, excepto a éste. Encontrarme ahora así con Rocío (Carrasco) sería un poco violento. En nuestra familia no somos tan falsos y no hemos ido, porque no nos ha apetecido", haciendo su opinión extrapolable al resto de miembros de su familia que tampoco han aparecido por el Teatro Real. "Creo que si invitas a la familia así, no tienes que excluir a unos. Tienes que invitar a toda la familia. ¿No invitas a tu hija? ¿Haría eso una madre a una hija? Hay que tener muy poco corazón para hacer eso", decía abiertamente enfadada. A pesar de no haberse apuntado a esta cita, la hija pequeña de la mítica coplera sí irá a la inauguración del museo de Chipiona, vaya o no su hermana.

La colaboradora de televisión sabía que todos iban a estar pendientes de cada uno de sus gestos y sus palabras ante el brete en el que le ha puesto su familia. De un lado para otro, mostrando una enorme y forzada sonrisa, y evasiva en todo momento, Rocíito, que se ha mostrado muy reacia a posar con su futuro marido, Fidel Albiac, parecía sentirse solo a gusto y a salvo juntos a María Teresa Campos. La presentadora de ¡Qué tiempo tan feliz!, quien ha acudido con su pareja, Edmundo Arrocet, y su hija Terelu, ha resultado ser su gran apoyo y quien le ha insuflado tranquilidad y fuerza. "Yo no suelo hablar de esas cosas, pero el resto de cosas que no sean esto, me da exactamente igual", decía Carrasco acerca de las butacas vacías en el acto de hoy, y asegurando haber "invitado a todo el mundo". Huelga decir que por el lanzamiento de este sello conmemorativo percibirá un canon anual de 30.000€, ya que en ella recaen todos los derechos de explotación de la imagen de la intérprete de 'Como una ola'.

Y si no era suficiente con el feo de los Mohedano, Rocío Carrasco ha tenido que lidiar con otro problema: intentar por todos los medios no encontrarse ni saludar al viudo de su madre, el extorero José Ortega Cano, quien acudía en una muestra de diplomacia, pero mostrando su apoyo hacia la decisión de sus hijos de no hacer acto de presencia. “A Gloria Camila y a José Fernando les hubiera gustado acudir, pero tienen sus cosas con su hermana. Y yo ni entro ni salgo en ellas”, ha declarado el diestro, quien no ha tenido reparos en saludarse con Fidel Albiac. Sin embargo, la emoción, los recuerdos y el rencor han acabado aflorando en él y ha acabado sentenciando: "A mi edad no puedo caer en un error, pero la relación con Rocío no es igual. Nos ha apartado".

Con un ambiente tan tenso, ¿estará la familia de Rocío Jurado condenada a no entenderse nunca más o existe esperanza para volver a estar unidos?