Rocío Carrasco llega a los 44 años sintiendo que, por fin, se está haciendo justicia con ella

Carrasco ha necesitado muchos años de silencio, de poder digerir lo que le pasaba y lo que había vivido, hasta verbalizarlo delante de una millonaria audiencia. Su ‘madre’ postiza, María Teresa Campos, se lo había rogado. 

Le había suplicado, en incontables ocasiones, que contara su historia, porque si ella no lo hacía, se perdería para siempre y el país se quedaría con la versión de solo una de las partes. Y cuando encontró el formato a su medida y con el equipo que la iba a arropar todo lo que necesitaba, dio el salto de fe.

Rocío Carrasco se ha sentido abrumada por las numerosísimas muestras de cariño recibidas a raíz de compartir su testimonio. Cientos de mujeres se han visto reflejadas en sus palabras, hasta el punto que las llamadas al teléfono contra el maltrato (016) se han incrementado considerablemente desde que se emitió el capítulo cero, el episodio que nos dejó a todos removidos y cuestionándonos lo que, hasta ahora, pensábamos como una verdad única.

Llega a los 44 con muchos más aliados, pero también con algunos detractores. Y por eso, de manera valiente, el pasado miércoles, en directo, se quiso sentar y contestar aportando pruebas, como ha hecho desde el inicio de su relato. Curiosamente, este ejercicio de sinceridad no servía para callar bocas, sino compromiso con ella misma, para reforzar la imagen de transparencia que ha querido dar desde el inicio de las grabaciones.

Este 29 de abril Rocío Carrasco soplará 44 velas convertida en lo que hace años soñó para sí misma, convertirse en un ave fénix capaz de renacer de sus cenizas. Ahora, ya sí, puede afirmar haberse convertido en uno.