Mucho se está hablando estos días de la amistad híper absorbente que viven Rocío Carrasco y la estrella del musical sobre su madre, Anabel Dueñas. Se ha dicho que la primera ha alejado a la cantante de sus amistades de antes y que ha llegado a ‘dirigir’ lo que sube, o mejor dicho, no sube a redes sociales, pidiéndole, supuestamente, que no compartiera tanto de su vida privada para que así la bunquerizada intimidad de la hija de Rocío Jurado estuviese a salvo de mirones. Siempre juntas, unidas, cómplices. Mimetizadas de una manera que uno pensaría que son familia. Lo que no ocurre con su hija biológica, Rocío Flores. Este mimetismo llega a tal extremo que hasta han empezado a vestirse igual