Desahucio o no desahucio, hé ahí la cuestión. Mientras que sus excompañeros de programa, ‘Sálvame’, sostienen que Raquel Bollo y su actual pareja se tuvieron que marchar de la casa en la que vivían, el impresionante Cortijo Águila Real, a un nuevo chalet ubicado en una de las zonas más caras de Sevilla debido a que iban a ser desahuciados, la empresaria sostiene todo lo contrario. Según ella, “no te pueden echar de un sitio que vendes”, aunque esto tampoco está del todo claro, pues algunas informaciones apuntan a que no lo podían vender ya que no era suyo; solo eran inquilinos que, a su vez, lo subalquilaban para bodas y demás eventos. Por tanto, puede que lo que sucediera es que los propietarios auténticos quisieran ponerlo a la venta y esto obligaba a los actuales inquilinos a tenerse que buscar una nueva vivienda.
El caso es que Raquel, junto a sus hijos menores, se trasladó hace solo un año al cortijo que, meses más tarde, tendrían que abandonar. La versión primera apuntaba a que se trataba de un negocio más de su, entonces, nueva pareja Mariano Jorge Gutiérrez, que este alquilaba para la celebración de toda clase de eventos. Pero la finca no solo estaba destinada a ofrecer fiestas y recepciones, no. Dada su enorme extensión, también había una parte destinada a vivienda, donde estaba instalado Mariano, y donde vivirían Bollo y su familia. Todos juntos disfrutaron de la gran cantidad de terreno de la que dispone la finca, de su extensísimo patio o de su enorme piscina. El cortijo, además, cuenta con plaza de toros propia, perfecta para las capeas, algo tan sevillano.
Ubicada en plena naturaleza, pero muy cerca de Sevilla (a solo 15 minutos), Raquel habría podido fardar de lo lindo de seguir viviendo en la finca. Si hubiera presentado el cortijo a 'Ven a cenar conmigo Summer Edition', las casas palaciegas de Olivia Valere o Ángel Garó habrían quedado, como poco, eclipsadas.