Las imágenes de Rafa Nadal y Roger Federerllorando a moco tendido han dado la vuelta al mundo. Dos hombres hechos y derechos, de 36 y 41 años respectivamente, rompieron a llorar tras el último partido del suizo en la Laver Cup que estos días se disputa en el O2 de Londres. No lloraban por la derrota ante el World Team, sino porque ese era el último partido que Roger Federer iba a disputar en su carrera deportiva. Hace unos días, Federer anunció su retirada, una noticia que impactó al mundo del tenis y a los millones de seguidores que tiene alrededor del mundo. Al menos, ha podido irse como más le gusta: empuñando la raqueta que tantísimos éxitos le ha dado a lo largo de 24 años y no como otros deportistas que, tristemente, han de retirarse porque una lesión les ha dejado k.o. y tienen que despedirse en una fría rueda de prensa.
Rafa Nadal no solo ha sido su gran rival en las pistas. Durante los muchos años en los que Roger era intratable en las canchas solo se le resistía un jugador y ese no era otro que Rafa Nadal. Podría parecer que esa rivalidad en la pista sería el motivo por el cual el suizo le tuviera una enorme tirria al mallorquín, pero todo lo contrario. Los dos no solo se respetaron siempre como deportistas sino que además forjaron una grandísima amistad que seguro perdurará por los años.
Para Rafa, estar presente en el adiós deportivo de su gran amigo era una prioridad, sin embargo, el tenista vive tiempos complicados. Además de los dolores abdominales que le obligaron a renunciar a Wimbledon y a retirarse del Open USA, el ingreso de su mujer, Mery Perelló, en el hospital por una complicación en los últimos meses de embaazo, tenían a Rafa sometido a una enorme presión. Precisamente él, que siempre ha podido presumir de que la presión no es un problema para enfrentarse, y ganar, a los mejores, ahora que va a convertirse en padre primerizo los nervios y la preocupación están haciendo mella en él, una sensación que seguramente Rafa desconocía hasta ahora.
Las lágrimas de Rafa en la despedida de Roger han sido catárquicas. El propio Rafa ha reconocido ser muy sensible y ese llanto le habrá liberado de tantas tensiones y emociones juntas. "Cuando Roger se va del circuito, una parte importante de mi vida se va también... Soy una persona bastante sensible. Llorar es bueno a veces. Necesitas soltar estas emociones. Se va una parte de mi vida por lo que es difícil", ah dicho.