¿Qué esconde Íñigo Onieva? Su último gesto le delata

La última publicación de Íñigo Onieva en Instagram ha generado un enorme revuelo al ver como el marido de Tamara Falcó ha borrado una zona de su cuerpo.

Rebe avatar
Rebeca Alonso

Redactora digital de Lecturas

Íñigo Onieva
GTRES

Después de un intenso mes de luna de miel, Íñigo Onieva (34 años) ha retomado la rutina con ganas. Parece que los excesos durante el viaje de novios han hecho estragos y el empresario no ha tardado en ponerse manos a la obra para recuperar su estado físico.

Apasionado del running, todos los días sale a correr por el centro de Madrid, un tiempo de desconexión muy beneficioso no solo a nivel físico sino también mental. "No hay exclusas", exclamaba en redes sociales. Sin embargo, parece que Íñigo no estaba del todo contento con su uniforme deportivo y no dudó un segundo en renovar las zapatillas, de las que presumió en redes sociales. 

De todas las opciones del mercado, el nuevo marqués de Griñón se decantó por un modelo casi profesional de la marca Nike con cámara de aire para lograr un mayor impulso en cada pisada, autoregalo por el que habría pagado más de 200 euros. Hasta ahí todo bien si no llega a ser porque en la imagen que publicaba en redes sociales se puede ver como Íñigo intenta borrar algo que tiene en los tobillos. 

Aunque ha elegido una pintura tipo piel, la realidad es que se ve claramente un borrón con el que el empresario pretende esconder algo. ¿Qué oculta Íñigo Onieva?

Zapatillas Íñigo Onieva
Instagram @ionieva

Mientras el protagonista guarda silencio, las especulaciones sobre qué puede ser eso que Íñigo no quiere que nadie vea se multiplican. Desde el programa 'Fiesta' apuntaban a que su intención podría ser ocultar una marca que no patrocina, pero no parece que sea eso ya que se deja entrever un calcetín tipo pinkie en color piel muy por debajo de la zona tachada.

Otra de las opciones que se barajan es que el marido de Tamara Falcó se haya hecho un tatuaje que no quiera desvelar por el momento o, quizás, tenga una cicatriz o una marca que no quiera mostrar públicamente. Sea como fuere, la realidad es que a partir de ahora el punto del cuerpo que más miradas recibirá serán sus tobillos. 

Los planes más inmediatos de Tamara Falcó e Íñiego Onieva tras su luna de miel

Tamara e Íñigo solo llevan cinco días en España y a juzgar por las últimas declaraciones de la marquesa de Griñón ya están pensando en volver a hacer las maletas para disfrutar de unos días de vacaciones. Después de un mes en Sudáfrica, no sería de extrañar que los recién casados se decantaran por la tranquilidad del mar. Eso sí, desconocemos si se decantarán por la costa mediterránea o apostarán por algo más exótico.

Mientras llega el día, han aprovechado para reencontrarse con sus familiares y amigos más íntimos en Madrid y poner en orden todo. Cabe recordar que se marcharon dos días después de su boda y desde entonces se han centrado en disfrutar de la aventura ajenos por completo a todo lo que acontecía en nuestro país. Además, también está previsto que asistan a la boda de una de las amigas íntimas de Tamara, una velada que la hija de Isabel Preysler no está dispuesta a saltarse. 

Tamara Falcó e Íñigo Onieva, con ganas de ser padres pronto

Aunque nunca han ocultado su deseo de ser padres, la boda ha marcado el punto de partida para cumplir este sueño. Poco dado a hablar de este tipo de cosas, Íñigo Onieva sorprendía en una entrevista a ¡Hola! hablando del número exacto de hijos que le gustaría tener con Tamara. "Después de habernos casado, lo que nos hace ilusión es tener hijos. Pero cuando vengan (...) Me gustaría tener una familia ni muy pequeña ni muy grande porque se complica la logística de viajar, moverte... Tres es el número perfecto", contaba. 

Para ello, unos meses antes de darse el 'sí, quiero' en El Rincón, Tamara comenzada con un tratamiento natural de fertilidad que se centra en "medir tu cuerpo y asegurarte de que estás bien. Te van estudiando tu cuerpo. Aunque es laborioso, es un proceso muy bonito", contaba la marquesa de Griñón sin poder contener la ilusión que le supone ser madre con el hombre que ama.