Una psicóloga, sobre Anabel Pantoja: “En ocasiones, la pena de banquillo es más dolorosa que la pena judicial. Puede ocasionar un estrés postraumático brutal”

Hablamos con Lara Ferreiro sobre este síndrome psicológico al que, a menudo, hacen frente las personas que se ven envueltas en procesos judiciales.

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Conchi Álvarez de Cienfuegos

Redactora Jefe digital de Lecturas

Anabel Pantoja
Instagram @anabelpantoja00

“La pena de banquillo es un término que se usa en psicología y que hace referencia a las consecuencias emocionales por las que va a pasar una persona cuando se le acusa de algo. Sea verdad o no”. Con la investigación sobre presunto maltrato infantil abierta, la psicóloga Lara Ferreiro nos habla del otro proceso que Anabel Pantoja estaría atravesando. El invisible, el que no se ve, pero, quizás, el que más duele.

El jueves 30 de enero se hizo público el comunicado del Tribunal Superior de Justicia en el que se desvelaba que se había abierto una investigación contra Anabel Pantoja y su pareja, David Rodríguez, por presunto maltrato infantil. Su hija, de tan solo dos meses de edad, tras haber estado varias semanas en la unidad de cuidados intensivos del hospital Materno de Las Palmas, recibió el alta el pasado lunes 27. Durante todo este tiempo, la pequeña estuvo ingresada con pronóstico reservado. El protocolo establece que si una menor llega a urgencias con unas lesiones determinadas y la versión de sus tutores no casa con las mismas, un perito forense debe estudiar de manera detallada el caso y establecer si la Fiscalía debe actuar de oficio, como ha ocurrido en este caso. 

“Un proceso muy angustioso”

Están siendo días de angustia, aunque Anabel Pantoja, en el comunicado que envió a través de sus redes, trató de aparentar tranquilidad y confianza en el sistema judicial. Es un momento de lo más desagradable para estos padres primerizos que ven cómo un acto de lo más protocolario se está convirtiendo en un juicio sumarísimo contra ellos. Esto, como nos asegura la autora de best-sellers, provoca un enorme “estigma social” al que ahora hacen frente los padres de la menor, a la espera de que se archive la investigación.

“Es un proceso muy angustioso”, desvela Ferreiro. “Cuando te abren un proceso judicial, esto tiene un gran impacto psicológico. Ahora mismo, Anabel y David sienten que se pone en entredicho sus papeles como madre y padre”. Además, tal y como analiza la psicóloga, la pareja llegan esto “muy débiles”, emocionalmente hablando, por todo el proceso de hospitalización del que vienen. 

Han sido 18 días de ingreso y, por lo tanto, de angustia y miedo. Los progenitores aún no han terminado de digerir este terror cuando ya se hallan inmersos en un nuevo drama. “Esto puede ocasionar en ellos un estrés postraumático brutal. Un trauma ocasionado por esta investigación por presuntos malos tratos que, hasta que salga el juicio, puede provocar en ella un estigma social. En ocasiones, la pena de banquillo es más dolorosa que la pena judicial”. 

David Rodríguez y Anabel Pantoja
Gtres

¿Síntomas que podría experimentar Anabel si padece este síndrome tan tratado en psicología? Palpitaciones, insomnio, falta de concentración o irritabilidad nos desliza Lara, como ejemplos claros de este “trastorno agudo y crónico”. 

En algunos casos, este puede derivar en una “depresión reactiva” provocada por los sentimientos de desesperanza, que la lleven, incluso, a autojuzgarse como madre. “El síndrome de la ‘mala madre’ es muy habitual en las primerizas, que se cuestionan todo. Pero en un caso como este se podría incrementar aún más”. 

Terapia para seguir unidos frente a todas las vicisitudes

“Para afrontar todo esto, Anabel y David van a necesitar terapia, tanto individual como de pareja”; nos cuenta la autora de ‘¡Ni un capullo más!: El método definitivo para quererte y encontrar a tu pareja perfecta’. Lara Ferreiro expone que, situaciones como estas, “dañan muchísimo a las parejas, que pueden derivar en profundas crisis”. 

A través del trabajo con un experto, los padres de la pequeña aprenderán a gestionar sentimientos que ahora pueden estar ahogándoles, como la culpa o la vergüenza, tan típicos en las personas que padecen la ‘pena de banquillo’. 

Anabel Pantoja
Instagram @anabelpantoja00

“Es probable que pasen varias fases. La primera es el shock, el no creerte lo que estás viviendo. Además, ellos vienen de encadenar dos, este y el anterior de tener a su bebé en el hospital. A continuación surge la ira, después la rabia. Le siguen la culpa, la vergüenza y el miedo. Para finalizar con el dolor y la aceptación”. Este proceso, tal y como nos detalla la experta en emociones, es muy complicado. 

Para hacer más llevadero el shock solo hay una clave posible: apoyarse entre ellos y confiar en su red.

La gran fortaleza de Anabel Pantoja

Lara Ferreiro destaca que sí o sí deberán apoyarse en sus seres queridos. Confiar en tu círculo de confianza, dejarse cuidar por este y compartir con ellos todas sus angustias y preocupaciones. 

Afortunadamente, tanto para Anabel Pantoja como para David Rodríguez, esto será fácil. La sevillana cuenta con una red de amistades de lo más sólida que la sostienen y que, desde el momento uno, se han volcado con ella. Cuando su pequeña fue ingresada, su grupo más cercano, entre los que se encuentra Belén Esteban, Raquel Bollo o los influencers Susana Bicho o José Obando, volaron hasta Canarias para estar junto a ella y no dejarla sola ante semejante trance. Su familia hizo lo mismo. Merchi ha sido la gran piedra de apoyo para su hija, que también ha contado con el aliento y el abrazo tanto de sus primos, Isa y Kiko, como de sus tíos, Isabel Pantoja y Bernardo. 

El caso de David no es diferente. La familia del fisioterapeuta es de Córdoba y desde que se produjo el ingreso, sus padres han volado hasta Gran Canaria para estar con él, así como amigos próximos, que también estuvieron alojados en las pedanías cercanas para visitar a estos padres angustiados por el bienestar de su bebé. 

Para la psicóloga, que Anabel y su chico estén bien arropados es garantía de que no tendrán que lidiar con un “síndrome de aislamiento”, también conocido como “síndrome de la cabaña”, por el cual el paciente “se mete en su casa, no quiere salir de ahí y genera una fobia social provocada por lo que despierta el estigma”.