Teníamos unas ganas tremendas de ver los avances de los chicos de OT 2017. En la gala uno comprobamos con gran satisfacción que han mejorado muchísimo en solo unos pocos días, pero ahora, una semana más tarde, la curiosidad por su talento ha dado paso a la que despiertan sus relaciones. Los primeros roces ya han surgido en La Academia, pero no entendáis mal, hay roces malos y roces muy pero que muy buenos…
Parece que los primeros en quienes se han despertado sentimientos románticos han sido Agoney y Ricky. No forremos aún carpetas con la cara de la pareja, pues su relación parece estar en los albores. En los tonteítos, en las declaraciones hechas entre cuardernos y bolis, como si estuviésemos en el colegio. Gozadera pura. Las cámaras del programa han captado cómo Ricky, en su diario, escribía que se marchaba a dormir y Agoney, a continuación, escribía “conmigo” y añadía un corazón. Morimos de amor. Adiós Chenoa y Bisbal, hola Ricky y Agoney. Ellos han tratado de disimular pero los ‘triunfifans’ no pueden pensar en otra cosa.
Y del amor, a las primeras tiranteces que se han vivido entre compañeros. Nos referimos al rifirrafe entre Juan Antonio y Cepeda, quien, en el segundo pase de micros se dedicaron a lanzarse pullas y ataques. A uno no le gustaba cómo lo hacía el otro, y el otro estaba cansado del uno. Al final, Cepeda dijo que estaba “hasta el rabo” de no poder decirle nada a su compañero “porque todo le sienta mal”, y Juan Antonio respondió en los mismos términos: “estoy hasta la polla de que seas un niñato”. Suerte que esta discusión se desarrolló con una ‘profe’ delante, Vicky, y les ordenó que se comportaran y fueran más maduros. Por un momento debió pensar que, en lugar de lidiar con dos alumnos de danza, estaba en un parvulario. Un parvulario muy malhablado…