Las pistas que revelarían el nuevo destino de la luna de miel de Tamara Falcó e Íñigo Onieva

Tamara Falcó (41 años) e Íñigo Onieva (34 años) están disfrutando de "un viaje tan dulce como la miel y de tanta belleza como la luna", como la misma marquesa ha definido. Tras darse el 'sí quiero' el pasado 8 de julio en el palacio El Rincón, la pareja ponía rumbo a su luna de miel, que resultó ser en Sudáfrica. Aterrizaron en Johannesburgo y de ahí se han desplazado hasta Ciudad del Cabo. Sin embargo, está claro que este no será el único destino de su viaje, que durará aproximadamente un mes. ¿A dónde se dirigirán los marqueses de Griñón? Estas son las pistas que revelarían el siguiente destino de Tamara e Íñigo.

Los recién casados han querido desconectar y disfrutar al 100% de su luna de miel y, por ello, están siendo más inactivos en redes sociales que de costumbre. Sin embargo, ambos han compartido ya algunas imágenes de estos primeros días en Sudáfrica. En concreto, Íñigo Onieva subió un vídeo, de dos minutos de duración, muestra algunos detalles privados de lo que están siendo estas primeras semanas como marido y mujer. Cómo pasan el tiempo entre vuelos, los paisajes que están descubriendo y la belleza que tiene que ofrecer este país. 

Sin embargo, el nuevo marques de Griñón nos podría haber desvelado algo más. En un frame de la publicación se puede apreciar las búsquedas de su teléfono móvil. Al parecer, Íñigo habría estado interesado en saber más sobre The Brando, un súper hotel de cinco estrellas en mitad de un paraíso volcánico y arrecifes de coral en pleno océano Pacífico, que correspondería a la Polinesia francesa. 

Esta posibilidad no es nada descabellada, ya que como contó Pepe del Real en 'El Programa de AR', la intención de los recién casados era dar una 'mini' vuelta al mundo, haciendo una parada en cada continente. La pareja no ha confirmado nada y está llevando su dulce viaje de la forma más íntima y discreta posible. 

Íñigo Onieva nos muestra nuevas fotos inéditas de su romántica luna de miel

Aunque han tardado varios días, finalmente Íñigo y Tamara han compartido con sus fieles seguidores algunas imágenes de la primera parada de su luna de miel. Tamara fue la primera y ahora Íñigo ha querido mostrar algunos detalles de su viaje desde su perspectiva. Como su esposa, el marques ha querido compartir varias instantáneas del lujoso hotelazo en el que se han quedado durante su estancia. Se trata de Mount Nelson, que se define como un "oasis de tranquilidad en el corazón de Ciudad del Cabo" y se encuentra a los pies de la Montaña de la Mesa.

Una de sus principales características es su color rosado en honor a la paz en el año 1918, tal como cuentan en su página web. Los marqueses nos ha permitido ver diferentes estancias del interior y exterior de este lugar, que costaría, euro arriba euro abajo, unos 700 euros la noche en la habitación más barata y unos 2.000 la más cara.

Una vez allí, la pareja ha querido conocer en profundidad esta zona y sus maravillas y, para ello, han escogido hacer una excursión en barco, en la que los hemos visto con ropas de abrigo y los salvavidas. Durante el trayecto, han podido observar el punto en el que el océano Índico y Atlántico se unen y parte de la fauna de la zona, como pingüinos o leones marinos.

Y también nos han deleitado con algunas panorámicas preciosas de la zona, como las que grabó Tamara al aterrizar en Ciudad del cabo o la impresionante puesta de sol que Íñigo logró captar mientras iban en coche. Seguro que estos momentos vivirán para siempre en sus recuerdos y han hecho que esta luna de miel empiece por todo lo alto.

Al descubierto el verdadero nombre de Íñigo Onieva por un descuido

Junto con estas fotografías, Íñigo quiso recopilar varios momentos importantes de su estancia en un único vídeo. Quizá tiene pensado hacerlo en cada destino que visiten juntos, para dejar una muestra de toda la belleza que están observando. El caso es que, en esa publicación, Onieva mostraba todo el viaje hasta Sudáfrica y en uno de los frames se apreciaba los billetes de avión. Hasta ahí todo correcto de no ser porque el nombre que ha aparecía en uno de los boletos era ¡el nombre real de Íñigo!

Ni más ni menos que Íñigo Andrés Onieva Molas. Al parecer, como su esposa, Íñigo también cuenta con un nombre compuesto. Aunque es evidente que el primer nombre fue elegido por su padre, para seguir con la tradición familiar, se desconoce por completo a qué responde el nombre Andrés, aunque a la vista está que no lo utiliza de manera habitual. ¿Quizá es por algún abuelo paterno o materno? ¿A lo mejor fue una decisión de Carolina Molas de la misma manera que Isabel Preysler escogió en definir el nombre real de Tamara?