La peor pesadilla de Tamara Falcó: dos de sus ex se van juntos de vacaciones

Dos hombres de sobra conocidos por Tamara Falcó (41 años) están a punto de montase en la lancha que les llevará al espectacular catamarán que han alquilado para pasar el día recorriendo calas en las islas Baleares. Hugo Arévalo (40 años) es el primero que llega al muellecito de madera y, a continuación, se le une Enrique Solís (33 años). Los dos solteros y rodeados de buenas amigas y de amigos con los que pasarán un día de auténticos privilegiados. El pasado amoroso de la marquesa de Griñón viaja en esa embarcación de recreo. 

Hugo Arévalo y Enrique Solís, con idénticos looks, bañadorcito clásico y camisa remangada, se disponían a pasar una jornada en alta mar; y, antes embarcar eran fotografiados por la prensa. Esta amistad ha sido una verdadera sorpresa para todos, puesto que antes de este año no se conocía que compartiesen círculo de amigos. La primera vez que se les vio juntos fue al inicio de la Feria de Abril, cuando estos inesperados colegas recorrieron El Real entrajetados y con la misma actitud con la que este verano han sido fotografiados. 

El pasado más cómplice de Tamara Falcó y Enrique Solís

En 2014 mucho se habló de la buenísima relación que unía a Tamara Falcó con el hijo del marqués de la Motilla. Se dejaban ver juntos por las mismas fiestas, compartían amigos y educación. Estaban llamados a entenderse. Ella nunca le presentó como su pareja, pero lo cierto es que quienes les veían compartir intimidad, sí que percibían una enorme complicidad entre ellos. Tras unos meses de asegurar que eran “amigos, amigos nada más”; él empezó en 2018 una relación con Alejandra Domínguez. Fueron los más estilosos, los mejor vestidos. Destilaban ‘chic’ y elegancia en cada una de sus apariciones conjuntas pero, a comienzos de este año, la noticia de su ruptura sorprendía a todos. 

Tamara Falcó y Hugo Arévalo, una mancha de mora con otra verde se quita

Y salto temporal en la vida de Tamara Falcó hasta el año 2022; cuando ella acaba de romper su compromiso con Íñigo Onieva tras una deslealtad de este. La marquesa de Griñón se siente humillada y hundida, el hombre en el que tanto había confiado le había mentido. Y eso no. No se lo pensaba perdonar; así hubiese durado un nanosegundo en el metaverso; o toda una vida. Le daba igual. Se sentía ultrajada. Una vez más, encontró refugio para tanto dolor en la religión, y, además, en un buen amigo de Íñigo que se puso de su lado sin dudarlo; Hugo Arévalo. No se separó de su lado y se convirtió en su gran paño de lágrimas. Viajó con ella hasta Lourdes y la arropó en su duelo. Tanto se acercaron, que la chispas entre ellos acabaron saltando. Onieva se sintió profundamente traicionado por el que pensaba que era un amigo, ¡casi un hermano! Le dijo de todo en el chat que compartían. “¡Sucia rata! ¡Me das asco!”, le llegó a dedicar. 

A las pocas semanas, se obraba el milagro del perdón. Tamara Falcó encontraba en su corazoncito un pequeño resquicio para disculpar a Íñigo Onieva, del que seguía enamorada. Él anhelaba la redención e hizo absolutamente todo para recuperarla: hablar con sacerdotes, ir a misa, hablar con el entorno de Tamara… y para inicios de 2023 sus planes de boda volvían a estar reactivados. 

Desde entonces, la relación de Hugo Arévalo e Íñigo Onieva está tocada y hundida. Perdida para siempre y tampoco parece que Tamara tenga interés en recuperar aquello que le unió, apenas durante unos meses, con el amigo de su chico. En el cajón de los recuerdos queda ya ese negocio de plantas juntos, sus salidas por Madrid poniéndose al día, o la escapada mariana. Nade de eso queda ya. Falcó Preysler se encuentra en capilla, ultimando los detalles de su enlace con Onieva de cara al próximo 8 de julio; mientras que Hugo Arévalo surca el Mediterráneo con ese nuevo amigo al que le une una persona tan especial en su pasado. Aunque ahora los tres miren con ganas e ilusión el futuro.