Paz Padilla, el ejemplo de cómo superar el dolor tras varios años de desgracias familiares

Paz Padilla acaba de sufrir la dura noticia del fallecimiento de su hermano Luis pero lleva varios años superando la pérdida de otros seres queridos como su marido, su madre o sus suegros

Adrián López
Adrián López

Redactor digital de Lecturas

Paz Padilla
@paz_padilla

Este domingo 20 de octubre Paz Padilla (55 años) ha sufrido la peor de las noticias, su hermano Luis ha fallecido de forma inesperada. La humorista, que se encontraba de viaje de trabajo en Tarragona en el momento del deceso, ha tenido que suspender sus planes para coger un avión de vuelta a Cádiz y así volver al lado de los suyos en uno de los peores momentos de su vida. Sin duda un duro varapalo que se suma a todas las desgracias que ha sufrido durante los últimos años. 

El primero de los fallecimientos que tuvo que superar Paz fue el de su madre, Dolores Díaz, en febrero de 2020 a los 91 años en el Hospital Puerta del Mar de su Cádiz natal. La matriarca familiar, a la que cariñosamente llamaban Lola, era sin duda el pilar fundamental de la humorista. Y es que siempre estuvo a su lado y apoyó a Padilla en cada paso de su vida personal y laboral. 

Lola estuvo muchas semanas ingresadas en el hospital por una rotura de cadera, afección por la que tuvo que ser intervenida. Fue entonces cuando Paz acudió a su lado para estar en todo momento con su madre, pero esta no aguantó el golpe y finalmente falleció. Eso sí, la presentadora no dejó ni un momento sus obligaciones y acudió a trabajar demostrado lo fuerte que era. Lo que nadie sabía es que mientras esto ocurría, Padilla sufría también la enfermedad de su marido, que murió tan solo cuatro meses después. 

Antonio Juan Vidal Agarrado perdió la vida a los 53 años tras una dura lucha contra el cáncer, un tumor cerebral diagnosticado un año antes y por el que tuvo que estar ingresado. De hecho, la entonces presentadora de 'Sálvame' no quiso que trascendiera la gravedad del estado de salud de su marido y guardó silencio hasta que finalmente el amor de su vida no pudo más. "He vivido una historia de amor corta pero muy intensa, sé que su amor vivirá en mi para siempre. Siempre estaremos fundidos en uno. Espérame que todavía nos queda una tercera oportunidad. Avanza", dijo en una foto en blanco y negro. 

"Sucede lo de mi madre en paralelo. No tenía capacidad para tanto dolor, me sentí tan mal que el duelo de Antonio solapó el de mi madre y no sabía por qué lloraba. A lo mejor no lloraba por mi madre sino por él. Pienso que tengo que salir adelante, la vida es muy bonita, no me voy a enterrar ni con mi madre ni con Antonio", dijo emocionada Paz en '10 momentos', formato presentado por Anne Igartiburu. 

Pero por si fuera poco, una semana después falleció su suegra y al mes, su suegro. Cuatro muertes inesperadas con las que Paz demostró sus ganas de vivir, de ir hacia delante y de dejar claro que hay que disfrutar cada instante porque nunca se sabe cuándo será el último. "Mi Antonio se fue cuatro meses después que mi madre. A la semana, mi pobrecita suegra, y al mes, mi suegro de COVID. Muy fuerte. Cuatro pérdidas… Dices: '¿Y otra más?'. Pero la vida se ceba con todos. Si piensas que vas a pasar por la vida de puntillas… Ya te digo que no. Con cada pérdida aprendes y coges herramientas para la siguiente, como si fuera un juego de Nintendo", dijo a la revista '¡Hola!'. 

El camino no ha sido fácil desde entonces. A Paz le han llovido las críticas durante meses. Su visión de la muerte, el duelo y la superación no gustaron a todos porque se salía de la norma y de nuestra cultura. Puede gustar más o menos su pensamiento pero está claro que a ella le ha funcionado y que es todo un ejemplo de superación. Para transitar su tristeza se inició en el mundo de la meditación, una práctica que confesó haberle "salvado la vida". Pero no solo eso, también reveló que le ayudó a encontrarse a sí misma y a entender que la muerte forma parte de la vida. 

Ahora de forma inesperada fallece otro de sus pilares, su hermano Luis. Otro duro varapalo al que le toca hacer frente. Siempre se ha desvivido por su familia y ha tenido palabras preciosas para sus seres queridos. Este fallecimiento es sin duda un dolor complicado de superar, pero ella puede. Paz sabe cómo hacerlo porque lo ha vivido y ahora solo toca acompañar, aceptar y recordar lo mucho que se han querido y disfrutado juntos.