Y como si de la peor pesadilla se tratara, este domingo, 18 de julio se cumple un año de la muerte de Antonio Juan Vidal a consecuencia de un tumor cerebral, un largo año en el que Paz Padilla ha vivido un duelo "diferente", un desconsuelo que se transformaba en un amor incondicional y agradecimiento por lo vivido a su lado.
Paz Padilla nunca ha tenido reparos en hablar abiertamente de la muerte y aunque ha reconocido que no hay día en el que no llore por su falta "igual que viene, se va". La presentadora ha echado mano de su gran sentido del humor y del apoyo incondicional de su familia y amigos más íntimos para seguir adelante y lo ha conseguido. Un año después y a pesar de la tristeza puede decir que sigue siendo feliz. La andaluza muestra su versión más positiva y el legado vital que le dejó su madre: "Que la vida sigue, que hay que seguir adelante".
El camino no ha sido fácil pero si gratificante ya que le ha hecho introducirse en el mundo de la meditación, una práctica que asegura "me ha salvado la vida" y le ha ayudado no solo a encontrarse a sí misma sino también a entender que la muerte forma parte de la vida y así conectar de alguna manera con el amor de su vida.
Lamentablemente, este primer aniversario será especialmente doloroso para Paz Padilla porque por mucho que intente seguir adelante y sonreír a la adversidad le echa terriblemente de menos. Después de pasar unos días de desconexión en su Cádiz natal junto a sus hermanos y su hija, Anna Ferrer, la presentadora se encuentra en Madrid preparando sus próximos proyectos profesionales. "Se que me estás cuidando, te quiero", escribía Paz Padilla en redes sociales hace algunas semanas.