David Bustamante parece que se ha cansado de mantener las apariencias con Paula Echevarría. A pesar de los focos de tensión que han ido brotando entre ellos, sobre todo, por su hija Daniella y el tiempo que pasan con ella, nunca se han olvidado de dejarse detalles públicos de absoluta concordia y buena sintonía. Llevan separados cerca de un año pero, por lo que se han esforzado en dar a entender, esta situación tan compleja no está reñida con las buenas maneras y la armonía.
Sin embargo, la posible discusión por solucionar las vacaciones de Navidad de Daniella, podrían haber sido un motivo más para que el cántabro diera un paso más hacia su separación y, por extensión, dejar claro que la suya, no es mejor ni más bonita que el resto de separaciones que ocurren en el mundo. La suya está resultando una ruptura complicada, que ya se prolonga demasiado en el tiempo y que habría agotado sus energías y su paciencia mucho más rápido de lo esperado. Todos estos aspectos parecen haber creado el caldo de cultivo perfecto para que David Bustamante haya decidido dejar de seguir a Paula Echevarría en Instagram. Y eso, en el lenguaje de las redes sociales es un gesto definitivo de enemistad y tormenta en el Paraíso. ¿Precipitará este gesto ese esperado comunicado sobre la separación y divorcio de la pareja?
Abril arrancaba con una noticia que nos dejaba helados. Algo que, aunque se venía rumoreando, nadie se imaginaba que fuera a materializarse: David y Paula llevaban semanas haciendo vida por separado. Después de no compartir imágenes el uno del otro (o juntos) en sus respectivas redes durante un tiempo significativo, tímidos, empezaban a dedicarse Likes. Después llegaban los comentarios cómplices y de 'buen rollo' que hacían pensar en una reconciliación de la pareja. La sorpresa llegaba cuando Paula Echevarría compartía un vídeo en el que salía bailando 'Lo pide el alma', el tema que ha sacado este año su marido. Y, si eso no hiciera pensar en la buena sintonía del matrimonio a pesar de la que estaba cayendo, la actriz acompañaba a su hija a un concierto veraniego de su padre como regalo de su noveno cumpleaños.
Unos gestos bienintencionados y amables que parecen ya muy lejanos en el tiempo después de este nuevo y rotundo movimiento de Bustamante.