Han sido demasiadas emociones en solo una semana. Desde que el pasado domingo 20 de agosto la selección española femenina de fútbol se alzara con la victoria en el Mundial el planeta se ha rendido a sus pies. Nuestras campeonas han hecho historia y tanto ellas como sus familias están en una nube. No obstante, este hito se ha empañado por la polémica de Luis Rubiales y su controvertido beso a una de las jugadoras del equipo español, Jenni Hermoso.
El presidente de la Federación española de Fútbol mantuvo un comportamiento cuestionado por muchos durante el partido y remató besando en la boca a la jugadora en el momento de entregar las medallas. Una imagen que ha dado la vuelta al mundo y por la que ayer tuvo que dar explicaciones. Eso sí, no las esperadas. Rubiales está en el centro de la polémica después de no dimitir de su cargo y encima hablar de "cacería" hacia él, definió la situación de "asesinato social", y las reacciones no se han hecho esperar. La polémica Rubiales ha estallado y salpicado a todo el país.
Jenni Hermoso ha reaccionado tras ser señalada por Rubiales y lo ha hecho de forma contundente y con el apoyo de todas sus compañeras (y todo un país) y también lo ha hecho su familia. Su madre, en las primeras horas tras la victoria, intentó desmarcarse de la polémica y pidió que nada desviara la atención de lo importante y es la victoria histórica de nuestras jugadoras en el campeonato del mundo, pero con el paso de los días y tras el giro de los acontecimientos la familia de Jenni Hermoso está desbordada.
Su padre en unas breves declaraciones a una reportera de 'Ya es mediodía' se ha limitado a decir completamente desbordado: "No tenemos palabras, no es el momento de hablar".
Jenni Hermoso estalla contra Rubiales en sus redes sociales
Jenni ha desmentido que entre ella y Rubiales existiera ninguna conversación como la que él ha explicado en la asamblea extraordinaria en la que dijo que él le pidió "un piquito' y ella aceptó. "Ni mucho menos su beso fue consentido", ha afirmado.
"La situación me provocó un shock por el contexto de celebración", continúa explicando Jenni en ese comunicado personal. Sin embargo, tras varios días de reflexión, la jugadora ha querido denunciar ese beso porque ninguna persona "debe ser víctima de este tipo de comportamientos no consentidos". "Me sentí vulnerable y víctima de una agresión, un acto impulsivo, machista, fuera de lugar y sin ningún tipo de consentimiento por mi parte", ha compartido. Jenni ha dejado claro que no fue respetada y también ha aclarado que por parte de la RFEF se le "pidió realizar una declaración conjunta para rebajar la presión sobre el presidente". "En mi cabeza solo tenía la idea de disfrutar del hito histórico alcanzado con mis compañeras de equipo", ha zanjado.
Sus compañeras precisamente se han convertido en su mayor apoyo. Tras la no dimisión de Rubiales y mientras no se tomen medidas han decidido que no acudirán a ninguna convocatoria de la selección. "Esto es inaceptable. Se acabó. Contigo compañera", escribía Alexia Putellas tras la comparecencia del aún presidente de la Federación totalmente indignada.