Los otros tres 'feos' que Letizia hizo a la reina emérita Sofía en la Misa de Pascua

El bochornoso enfrentamiento entre ambas dentro del templo solo fue la punta del iceberg de una situación evidente: no se llevan bien

Letizia y Sofía

El enfrentamiento público después de la Misa de Pascua que protagonizaron la reinas Letizia y Sofía está haciendo correr ríos de tinta. Cada momento y cada gesto que hasta ahora ha pasado desapercibido se están analizando al milímetro. Las informaciones que han salido de la observación meticulosa de lo que ocurrió el pasado 1 de abril en la catedral de Palma han señalado otros desaires protagonizados por Letizia y dirigidos a su suegra. Y es que no fue uno ni dos feos los que le dedicó a la emérita, sino cuatro. El bochornoso enfrentamiento entre ambas dentro del templo solo fue la punta del iceberg de una situación evidente: no se llevan bien.

Este miércoles en 'El programa de AR' han analizado los otros gestos de desprecio que la esposa de Felipe VI dirigió a su madre. El primero de ellos ocurrió justo nada más llegar a la catedral. La Misa de Pascua y Resurrección suponía la reaparición del rey Juan Carlos I en un acto con la familia real. El público allí congregado estaba más concentrado en él y Sofía que en los reyes y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Los eméritos se dieron un baño de masas mientras caminaban por el pasillo del templo camino de ocupar sus lugares. Letizia avanzaba demasiado rápido junto con sus hijas, sin esperar a sus suegros, un detalle que notó Felipe y que tuvo que decirle en más de una ocasión que se esperaran y que fueran más despacio. Sin embargo, su mujer no parecía muy colaboradora al respecto.

Después de la tensión entre ambas y ya concentrados todos en dejar la mejor imagen de la Familia Real para enderezar la situación, se escaparon dos desaires más de Letizia hacia Sofía. Mientras la reina, su suegra y sus hijas escenificaban un momento de concordia, Leonor recibió un beso en la frente de su abuela que, inmediatamente, Letizia limpió con disimulo, aunque no fue suficiente.

Al finalizar el acto, cuando Letizia, Felipe, sus hijas y los reyes eméritos tenían que abandonar los aledaños del templo a la vez, Letizia se desmarcó con Leonor y Sofía y adelantó su marcha sin esperarse. Las niñas se metieron en su coche y ella esperó al rey dentro del auto que les llevaba, pero sin contar con sus suegros.