Julio Iglesias (79 años) es uno de los cantantes más conocidos del mundo. Sus canciones han sido, son y serán cantadas por varias generaciones y cuenta con más premios a sus espaldas de los que puede recordar. Ha dado conciertos en localidades con las que muy pocos siquiera sueñan. Pero no siempre quiso dedicarse la música. El madrileño creció aspirando a lo mismo que muchos jóvenes. Trabajó duro para conseguirlo, pero un accidente redirigió su carrera. En 'Pongamos que hablo de Julio Iglesias' han repasado qué sucedió.
Iglesias quiso ganarse la vida como deportista y, concretamente, como futbolista. Creció, como muchos otros, con un balón en los pies. Pasaba las tardes practicando. Tenía talento. Llegó a jugar en las categorías inferiores del Real Madrid, concretamente en el Juvenil B, mientras estudiaba Derecho en el Colegio Mayor de San Pablo. José Luis Povedano y Juan Ramón Espejo eran compañeros de Julio por aquel entonces.
Ambos han aceptado la invitagión de 'Pongamos que hablo de Julio Iglesias' para recordar cómo era ese joven que disfrutaba del fútbol. "Las paraba casi todas. Como los porteros de balonmano", ha dicho Povedano, asegurando que, para él, sí hubiera tenido futuro en el deporte. Sí, Julio Iglesias ocupaba la portería.
El accidente que cambió la vida de Julio Iglesias
Julio tenía mucho futuro en el fútbol, pero el destino tenía preparado algo diferente para él. El madrileño sufrió un grave accidente de tráfico el 22 de septiembre de 1962. Esto le dejó graves secuelas. Sufrió unas graves lesiones que lo dejaron prácticamente inmovilizado durante un año y medio.
"Yo me enteré estando fuera de Madrid. Son cosas que marcan en la vida, pero para él ha sido una suerte", ha opinado Espejo. Su compañero es consciente de que Julio comenzó a componer con su guitarra como desahogo a esta grave lesión. Todo empezó como versos sueltos. Poco a poco, fueron cogiendo forma y se convirtieron en poemas; después, en canciones. El cantante empezó a hacer sus primeros pinitos en un momento en el que ni siquiera se había planteado ser cantante ni dedicarse a la música. Él escribía, sí, pero no había pensado en usar su voz para transmitir sus letras.
El tiempo pasó. Seis años después del accidente, en 1968 todo cambió. Julio Iglesias presentó su canción 'La vida sigue igual' al X Festival de Benidorm, pero no tenía intenciones de cantarla él. Así lo ha explicado Miguel de los Santos, periodista y amigo de Julio Iglesias, a Iñaki López. "No estaba previsto que Julio interpretase la canción, él solo era el autor", ha expresado el periodista. Al parecer, quién se iba a encargar de cantar la canción era un grupo llamado 'Los Gritos'. Sin embargo, en un último momento, le propusieron que la cantase él.
Sus inicios, de festival en festival
"Al principio Julio no quería, pero finalmente, le convencieron", ha comentado De los Santos. Así, con esta decisión, empezó su carrera. Ganó ese festival y dos años después quedó en cuarta posición en el Festival de Eurovisión 1970, celebrado ese año en Ámsterdam. Allí interpretó su conocida canción 'Gwendolyne'.
Julio Iglesias ha llegado a lo más alto, pero el camino no ha sido fácil. El periodista Juan Ramón Lucas ha recordado en este documental que el cantante tuvo que hacerse un nombre participando en los festivales de jóvenes talentos de la época. "Eran para la música española lo que son ahora los programas de contenido musical como 'Operación Triunfo'. La gente que tenía capacidad para la música y que quería triunfar se apuntaba a un festival de este tipo, o bien tenía la suerte de que te viera Valerio Lazarov (fue un famoso director y productor de televisión) o alguien con capacidad para colocarte en televisión", ha recordado.
El curioso "atractivo" de Julio Iglesias
Julio también tuvo que sobreponerse de los reproches de los críticos y periodistas de la época. Sus manos en los bolsillos fueron las que despertaron las primeras críticas de mis colegas (de profesión). Decían que un cantante que no sabe mover las manos y que se queda estático no puede triunfar nunca", ha expresado De los Santos. ¡Menos mal que se equivocaron!
Fue justo su forma de mover las manos lo que llamó la atención del público en su primera actuación en el Festival de Benidorm y también en Eurovisión. Esto no fue algo impostado. Se trata de una consecuencia del grave accidente de tráfico que sufrió en 1962.