Olvido Hormigos nos presenta en exclusiva su novela erótica

Libro Olvido
Alfredo Garófano

Pocas mujeres –u hombres– están tan cualificados para escribir una novela erótica como Olvido Hormigos (44). Su debut se llama ‘El abrazo infiel’ (RBA) y nos cuenta que no es autobiográfica, que nada tiene que ver con ella, la concejala socialista de Los Yébenes (Toledo) que se convirtió en mundialmente famosa cuando se filtró en internet un vídeo sexual que ella le había remitido a su amante, un futbolista. Sin embargo, la novela se inicia con un episodio muy similar y en su protagonista –Adriana– Olvido ha volcado sentimientos que hasta ahora había plasmado solo en su diario y jamás había contado a nadie, ni tan siquiera a su marido, Jesús, su compañero desde hace 25 años.

 Pocas veces un libro ha generado tanta expectación…
-Sí. Por lo que me cuentan, mucha gente espera ‘El abrazo infiel’, mi primera novela. Supongo que unos para alabarla y otros para criticarla.


 ¿Cómo surgió ‘El abrazo infiel’?
-Nunca me había planteado publicar, y menos una novela. Cuando me propusieron este proyecto me encantó, pero también sentí mucha responsabilidad. Yo escribo un diario en el que vuelco mis sentimientos, emociones que no puedo compartir con nadie. Me desahogo y plasmo todo lo más íntimo, mis secretos.
 

¿Te has sentido muy sola?
-Sí, mucho. En verdad no estaba sola, pero me faltaba esa confianza para compartir sensaciones tan íntimas que prefería que no supiera nadie. Mi protagonista me ha ayudado a canalizar muchos sentimientos. En ‘El abrazo infiel’ expreso mi yo más íntimo, emociones que jamás me he atrevido a desvelar.
 

¿Es una novela autobiográfica?
-No es autobiográfica, pero he querido que Adriana, la protagonista, esté muy relacionada con mi forma de ser. Habla de mis emociones, tiene mucho de mí, pero no describe mi realidad. Me identifico con sus sentimientos. El resto de los personajes de la novela no tienen nada que ver con mi realidad. El primer capítulo narra un episodio muy parecido al que cambió mi vida.
 

¿Vamos a conocerte más leyendo tu novela?
-La protagonista se parece mucho a mí, aunque no viva mis mismas situaciones. Espero que esta novela sirva para que me entiendan mejor. Ya no me preocupa lo que piense la gente; antes me justificaba más en todo sin tener por qué y aún me cuesta no hacerlo. Me frustra que algunos no me entiendan, siempre intento dejar las cosas claras.
 

¿Es una novela erótica?
-Sí. El sexo está presente, porque la protagonista es muy sexual. No hablamos de pornografía, aunque sí hay momentos muy eróticos. No tiene nada que ver con las ‘50 sombras manchegas’ que dicen algunos que he escrito, pero sí es erótica. Yo no soy obscena, ni explícita en el lenguaje sexual, al menos de cara al público. No he querido utilizar mucho vocabulario soez.
 

¿Es una historia romántica?
-Hay un poco de todo. Yo no creo en el amor para toda la vida, pero en el fondo soy muy romántica. Creo que el amor tiene fecha de caducidad, pero soy enamoradiza.
 

Tu novela: comienza cuando la protagonista envía un vídeo erótico a un amante.

-Sí. A partir de aquí se desarrolla la historia de Adriana, que no es la mía. Es pura ficción.
 

¿Cómo es Adriana?
-Es un espíritu libre. Busca la libertad en un mundo machista. Se parece mucho a mí, en la forma de vivir. Pero mi protagonista no tiene tantas ataduras como yo. No es madre.

 

¿Envidias en algo a tu personaje?
-No la envidio, aunque ella sea más libre que yo. Mis hijos, a los que adoro, me atan. Por ellos no sé si quiero dejarlo todo por desarrollarme sexualmente. Mi madre me ha dicho muchas veces que, tras muchos años de matrimonio, las mujeres viven sin sexo y no pasa nada, porque se dedican a su familia y ya está. Yo no puedo renunciar al sexo, pero tampoco a mi familia.
 

¿El marido de la protagonista tiene algo que ver con Jesús?
-Para nada. Yo no quería que se pareciera, y además él me pidió que no lo involucrara en esta historia.
 

¿Tienes miedo de cómo le pueda afectar a Jesús los comentarios acerca del libro?
-No. Me pidió que el personaje fuera totalmente distinto a él para evitar comparaciones.


 ¿Te enamorarías de alguien como Antonio, el marido de tu protagonista?
-A lo mejor en un principio sí, aunque cuando se desvelara su verdadera personalidad me desenamoraría.


 ¿Cómo es Antonio, el marido de Adriana?
-Está en las antípodas de lo que es el padre de mis hijos. Totalmente distinto a Jesús, que está siempre pendiente de mí. Antonio es un hombre muy egocéntrico.


 ¿El egoísmo de su pareja hace que para Adriana sea más fácil separarse de lo que te resulta a ti?
-Adriana no es madre, por lo que en este sentido es más libre que yo. Mis hijos son lo primero para mí. Son mi prioridad.


 ¿Quién ha sido la primera persona que ha leído este libro?
-Jesús lo ha ido leyendo conforme lo escribía. Le ha encantado, ha tomado distancia. A pesar de que la protagonista siente mucho como yo, lo ha leído como una historia de ficción. Le ha gustado mucho.


 ¿Crees que Jesús te está conociendo más a raíz de leer ‘El abrazo infiel’?  
-Creo que hay sentimientos de mi protagonista que son muy míos y que en la vida real no he confiado a nadie. Ni a él.


 Tu último abrazo a un hombre…
-Esta mañana Jesús me ha abrazado y me ha dado un beso por el día de la Madre.


 ¿Te ves obligada a dar abrazos falsos en la vida?
-Soy incapaz. No soy nada falsa. Se me ve venir de lejos, no voy con segundas, aunque a veces veo a gente que a mí por delante me dice una cosa y por detrás hace otra. Eso es así toda la vida.
 

Tu abrazo infiel… Imagino que a Jesús, cuando él aún no sabía que le eras infiel.
-Yo actuaba como si no pasara nada, y sí estaba pasando. Yo sufría mucho con aquel engaño, sentía que le estaba pegando una puñalada por la espalda. Ahora, por lo menos, vivo en la verdad.


 ¿Ha cumplido tu protagonista alguna fantasía sexual que tu tengas pendiente de materializar?
-Soy bastante normalita, no tengo muchas fantasías raras. Nunca he pensado estar con dos hombres a la vez, por ejemplo.


 La fotografía de portada de tu novela es muy sugerente…
-Me sentí fenomenal cuando la hicimos. El equipo es magnífico y sí, creo que la imagen es muy sugerente y refleja a la perfección el espíritu de mi protagonista: libre, sexual e inteligente.

 
 ¿Estás preparada para las comparaciones de tu libro con ‘Ambiciones y reflexiones’ de Belén Esteban?
-Sin ánimo de criticar, no tengo nada que ver con Belén. Yo tengo una carrera universitaria, y no presumo de no saber escribir como ella. No leí su libro porque no me ha interesado jamás. Una de mis tías sentía pasión por ella, como mucha gente. Yo nunca entendí lo que veían en ella. Supongo que daba pena que la dejaran con una niña tan pequeña.


 ¿Crees que Belén leerá tu libro, ‘El abrazo infiel’?
-No. Además, no creo que ella lea mucho. Si leyera, no escribiría como escribe.


 ¿Si tuvieras que dedicar tu libro a Belén qué le pondrías?
-[risas] Ahora le escribiría: “Mentirosa”.


 ¿Y si Belén te pidiera una dedicatoria de corazón?
-Le pondría: “Empezamos de cero”. No soy nada rencorosa, aunque a veces me sienta tonta. Soy así.


 ¿Hay en tu novela una figura enemiga de la protagonista, como es el caso de Belén?
-Belén no está presente, pero sí hay un personaje que representa lo mismo que ella. Ella solo ha estado en mi vida 11 días. Me ha hecho mucho daño, pero también gracias a lo mal que se portó conmigo muchos me tienen cariño.

 

¿El último libro que has leído?
-Un libro de poemas, ‘La triste historia de tu cuerpo sobre el mío’, de Marwan. Vivo en un momento un poco así, entre el amor y el desamor. Estoy un poco tristona a veces. Aunque la gente se piense que soy fría, no es verdad. Me habría encantado que mi matrimonio funcionara.

 

Por Karmele Izaguirre

 

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