Sofía Cristo está muy ilusionada por la andadura profesional que ahora arranca. Tras haberse formado como intervencionista familiar de adicciones, la hija de Bárbara Rey se ha propuesto ayudar a todos aquellos que están en la misma situación que ella vivió años atrás. El abuso de sustancias, hablamos tanto de drogas como alcohol, pudo haber acabado con su vida, pero salió de todo aquello. Ahora, igual que ella fue ayudada, pretende entregarse a los demás.
Tal y como Sofía lo ve, que ya hasta promociona su labor como consejera en sus redes, “hay una salida” siempre que se quiera cambiar de vida. Para todos aquellos que estén dispuestos a dar el paso, ella lo dará a su lado, guiándolos y orientándolos.
Su testimonio, crudo, real y sin paños calientes, la convirtió en un ejemplo para muchos. Ella estaba mal, la cocaína, tal y como ella desveló, casi acabó con su tabique nasal. Estaba deshecha. Por suerte, no tuvo que andar este dificilísimo camino sola. A su lado estaba su familia, su madre y su hermano. Entonces estaba enamorada de Nagore y también fue un apoyo fundamental. Ahora su vida es otra. Su manera de divertirse continúa implicando música y salir de fiesta, pero no se excede, se ha dado cuenta que existen otras maneras de pasarlo bien. Además, aunque la vasca no sea su pareja, la tiene como amiga, y, desde hace algo más de un año, también tiene el corazón ocupado por una guapísima rubia, Bruna.
Siempre ha sido honesta con lo que implicaban sus adicciones, por las que llegó a sufrir un amago de infarto y estuvo al borde de la sobredosis; y gracias a su sinceridad a la hora de hablar de este tema seguro que no pocas personas querrán contar con ella como orientadora.
Su formación no desea que acabe aquí, ella tiene objetivos mayores. Más adelante, lo que le gustaría sería estudiar para ser terapeuta y llegar a niveles más profundos en todos aquellos que buscan su mano para salir de este pozo, del que está convencida que se “puede salir pero hay que tener un contacto con tu enfermedad a través de tu cobertura terapeútica”, tal y como ella confesó a José Luis Martínez, Intervencionista Familiar en Adicciones.