Ante el silencio que guarda con celo Arantxa Sánchez Vicario es una de sus grandes amigas, Mónica Pont, la que se ha convertido en una especie de portavoz de la extenista. Llevan más de un año sin verse, pero la modelo la conoce a la perfección gracias a la gran amistad que las une. A pesar de que, por el momento, no le está respondiendo sus mensajes, durante una fiesta de ARCO, Pont ha seguido ofreciendo datos esclarecedores de Arantxa y el fin de su matrimonio. “Ha visto mis mensajes desde el sábado, pero no ha contestado”; sin embargo, tiene claro que “cuando ella esté bien, contestará". "Yo tampoco lo haría. Yo me encontré en la misma situación que ella y yo tampoco respondía”, justifica la actitud de su amiga.
Su amiga confiesa que Arantxa pudo estar cegada de amor, y jamás se imaginó que delegar las cuentas a Santacana podría acabar siendo la peor de sus pesadillas. Pont se ha puesto en la puel de su amiga: “Su familia la quiso advertir, pero ella estaba enamorada, ¿qué locuras no hacemos por amor? Yo me siento superidentificada con ella. No se la puede criticar por haber apostado por el amor”. Y ha continuado desarrollando su punto de vista al respecto: “Mucha gente dice que fue tonta por delegar el patrimonio, pero hay muchas personas que lo han hecho. Cuando uno está enamorado no piensa que la otra persona se vaya a portar mal. Tienen dos hijos en común y ella apostó por su familia”.
Como buena amiga de Sánchez Vicario que es, la modelo le ha pegado un pequeño tirón de orejas a Josep Santacana: “Me cuesta mucho creer todo lo que está pasando, porque yo conocí a un Josep muy distinto al que estamos viendo ahora”. Mónica Pont también ha admitido que estaba al tanto de la petición de cárcel para Arantxa: "Sabía de la historia antes de que se publicara, pero me está sorprendiendo. Lo de prisión ya se sabía porque se conocía que le debía ese dinero al banco de Luxemburgo". A pesar de todo, cree que la extenista "solucionará todos sus problemas personales y económicos y que tirará para adelante”.