Isabel Pantoja hoy llegaba a los juzgados de Chiclana, donde le tocaba declarar como testigo en eljuicio entre su hijo y su hermano, en vuelta en una nube mediática. Kiko Rivera ha demandado a su tío, Agustín Pantoja, y, en este conflicto, la tonadillera lo ha tenido clarísimo: tras nueve meses de guerra materno filial, ella se ha puesto de lado de su hermano. Este es, sin duda, el clavo definitivo en el ataúd donde reposan los restos de aquella estupenda relación de la que hacían gala hasta el año pasado y de la que ya solo quedan cenizas. Con resto serio y contenido, la artista avanzaba entre la prensa a paso ligero, pero la pregunta de uno de los periodistas que la esperaban ha desatado su furiosa mirada. La persona que la ha recibido no ha sido otro que Kike Calleja y la pregunta no tiene desperdicio…
En su última entrevista para LECTURAS, Kiko Rivera nos contó que la demanda que había interpuesto a su tío Agustín por apropiación indebida, estafa y administración desleal podía acabar con él entre rejas. El hermano de Pantoja podría enfrentarse a una condena de prisión si el juez encargado del caso diera la razón al DJ, de ahí que la tonadillera (que ya sabe lo que es pasar sus días en ‘la casa grande’, el eufemismo usado por los pantojistas para referirse a la cárcel) se haya volcado en apoyarle.
Vestida de negro, como dando a entender un luto autoimpuesto por una relación acabada, Isabel Pantoja hacía su entrada en los juzgados de Chiclana sin querer contestar a las preguntas de la prensa. Solo una cuestión la ha sacado de su inexpresividad. Esta ha sido la que ha formulado Kike Calleja: “¿Tenéis miedo de que Agustín pueda entrar en la cárcel?”. Entonces, ella se ha girado hacia el novio de Raquel Abad y, ni sus eternas gafas de sol, han ocultado la mirada desafiante que ha lanzado al periodista de ‘Sálvame’. Tras dejar a Calleja atornillado en las puertas de cristal, se ha girado y, sin soltarle la mano a su hermano, ha procedido a entrar. No queda duda de qué lado está.