Amaia Montero (48 años) sorprendió a todos el pasado mes de julio subiéndose al escenario del Santiago Bernabeu en un concierto de Karol G al son de ‘Rosas’, una canción que fue uno de sus grandes éxitos junto a La Oreja de Van Gogh. Desde ese momento, todos sus fans han esperado impacientes el siguiente paso de la artista, que llevaba casi tres años retirada de la música recuperándose de problemas psicológicos relacionados con la depresión y la ansiedad. Lo que nadie esperaba es que, antes de que ella misma revelara sus planes, todo se pusiera sobre la mesa.
Y es que el pasado lunes 14 de octubre saltaba la bomba, el grupo, desde su perfil oficial de Instagram anunciaba la salida del grupo de Leire Martínez, la vocalista que comenzó a cantar con ellos tras la salida de Amaia hace diecisiete años. “Después de diecisiete años repletos de música y emociones que jamás olvidaremos, queremos anunciar que las trayectorias laborales de Leire y La Oreja de Van Gogh seguirán caminos separados. La decisión ha sido dura y difícil, pero llega después de mucho tiempo de reflexión y profundas conversaciones en las que no hemos conseguido acercar nuestras diferentes maneras de vivir el grupo. Termina una etapa fascinante que todos llevaremos en el corazón y que nos ha permitido disfrutar de la mejor profesión de una manera soñada” rezaba el comunicado.
Y ante este panorama la pregunta era evidente ‘¿Volverá Amaia a cantar con ellos?’. Por ahora no se tiene respuesta más allá de que se habían planteado un concierto juntos por el 30 aniversario del grupo. Pero ni los cuatro integrantes de La Oreja de van Gogh que quedan, ni la cantante de Irún han confirmado nada al respecto, y después del revuelo causado por la salida de Leire Martínez, es posible que, si había planes, ahora cambien. Pero todo esto ha hecho que estos días conociéramos algo que hasta ahora nadie sabía y es que a pesar de que hace años que Montero no forma parte del grupo, jamás dejó de formar parte de una empresa a través de la que se facturaban los derechos de las canciones del grupo.
La situación económica de Amaia Montero: sus empresas y propiedades
La sociedad se llama La Oreja de Van Gogh SL y su objeto social es muy preciso: “creación, edición, publicación y venta de obras, partituras, composiciones musicales, libros, revistas; la representación, asesoría, organización y dirección de cantantes, grupos musicales y toda clase de artistas; la creación y representación de obras dramáticas y dramático-musicales, las coreografías; y por cuenta de terceros, crear, proyectar, ejecutar y distribuir campañas publicitarias o de propaganda a través de medios de difusión, prestando sus servicios simultáneamente a varios anunciantes”. Los datos dejan claro que el grupo ha ido marchando bien, pues en 2022, que es el último año fiscal que se puede consultar, el total activo era de 2,9 millones de euros.
Y este no es el único activo de Amaia, cuenta con otra empresa a su nombre, ya al margen del grupo, pero que se dio de alta cuando aún estaba con ellos. Se llama Poquito a Poco SL, es la sociedad a través de la que facturaba sus conciertos antes de este parón y pese al mismo, en el año 2023 ha logrado mantener un valor total de 2,3 millones de euros. Una cifra muy considerable si tenemos en cuenta que hacía casi tres años que no subía a un escenario.
Además, cuenta con un patrimonio que hizo crecer en sus años de bonanza junto al grupo, es decir a principios de los 2.000 y que todavía hoy mantiene. En 1999 Amaia hizo dos grandes inversiones en San Sebastián de donde es natural. La primera de ellas fue un piso, una construcción de 97 metros cuadrados con tres habitaciones, dos baños, ascensor y una gran terraza en la parte anterior. Una vivienda que a fecha de hoy estaría valorada en torno a los 400.000 euros, dependiendo del estado interior en el que se encuentre.
Su segunda compra fue una zona deportiva justo enfrente de la casa que había adquirido, un terreno de 2.666 metros cuadrados divididos en una pista de tenis, un frontón, una piscina y un local social y vestuarios. Hasta no hace mucho estas instalaciones eran utilizadas por un club deportivo privado que en este momento ya no realiza ninguna actividad.
Diez años más tarde, cuando La Oreja de Van Gogh ya se había disuelto y ella había empezado su carrera en solitario, Amaia decidió comprar un inmueble en Madrid, pues era en la capital donde pasaba grandes temporadas por trabajo. Y a juzgar por la casa que se compró, es evidente que quería estar cómoda y en una buena zona, tanto que eligió el barrio de Salamanca, uno de los más caros de la capital, y optó por un piso de 289 metros cuadrados con cinco habitaciones y cinco baños por el pagó en 2009 un millón de euros y que hoy en día podría vender por tres millones.
Sin duda, las cuentas de la artista son positivas, de no ser así quizá no le habría sido fácil tomar la decisión de parar durante un tiempo y recuperarse. Pero, además, el hecho de no tener necesidad económica también facilita que ahora que tiene muchas posibilidades ante sí para seguir adelante, no sea el dinero lo que determine por que camino llevar las riendas de esta segunda etapa en su trayectoria como cantante. Lo que es seguro es que aún tendremos que esperar para conocer el desenlace de esta historia que por ahora, quizá, ni ella misma conoce.