Mila Ximénez (64) despide, espléndida y por todo lo alto, el año 2016. Esta va a ser una Navidad muy especial para su familia. Este año tienen mucho que celebrar, ya que dos de sus hermanos han logrado vencer al cáncer. Mila se emociona al relatar cómo se enteró de que su hermano Manolo estaba enfermo. Él se lo ocultó para que pudiera concursar en ‘Supervivientes’.
No ha engordado ni uno solo de los 17 kilos que perdió en la isla, ahora se quiere y ve muy lejos la espiral de autodestrucción en la que estaba inmersa. Confiesa a Lecturas que ha vuelto a disfrutar de las mieles del amor y el sexo y ha estado enamorada estos meses. Protectora al máximo con los que quiere, Mila está ahora extremadamente preocupada por la salud física y emocional de su gran amiga Belén Esteban: “Toño le ha destrozado la vida... Necesita tratamiento emocional”, afirma.
La Ximénez defiende a los suyos como una loba, emocionada cada vez que su hija Alba le dice lo mucho que la admira. Vive más feliz que nunca su continuo amanecer como madre.
Tenéis mucho que celebrar esta Navidad.
-Sí. Este año ha sido muy complicado, hemos tenido dos enfermedades con mis hermanos. Gracias a Dios están los dos limpios y vamos a brindar por la salud y el amor que nos tenemos.
Tu hermano Manolo ha llevado su enfermedad en secreto.
-Manolo ya sabía que tenía cáncer antes de que yo me fuera a ‘Supervivientes’, pero decidió llevarlo en secreto y posponer su operación para que yo pudiera ir a Honduras. Cuando llegué de la isla me dijo que se tenía que hacer una pequeña operación de unos pólipos. En cuanto vi que llevaba en el quirófano cuatro horas pregunté, y cuando me lo dijeron me volví loca. Llamé a Alba llorando: “Otra vez no, otro no”.
Lo debiste de pasar fatal.
-Sí, me volví loca contra mi cuñada y contra todos. Y lloré mucho. Mientras Manolo estaba en quirófano, no podía parar, sentada en el suelo del hospital. Luego lo entendí: no se puede ser más generoso que mi hermano.
Podrás ver el reportaje exclusivo al completo en la revista Lecturas.