Mila Ximénez ha arrancado este martes rompiendo a llorar. ¿El motivo? Ha llegado al límite de sus fuerzas en 'Sálvame' y ha expresado su deseo de abandonar el programa. El último roce con Belén Esteban después de su boda ha actuado haciendo de detonante de una sensación que lleva arrastrando desde hace tiempo. Esta acumulación de cansancio, del que ya viene avisando en estas semanas, se ha cobrado su felicidad, y quiere ponerle remedio. Su solución es decirle adiós al espacio de Telecinco del que es una pieza insustituible.
'Sálvame' abordaba en su primer tramo la controversia que se había generado entre Mila y Belén a raíz de su enlace el pasado 22 de junio. Ximénez no solo se ha desbordado, sino que ha visto en esta nueva polémica que existe un patrón del que ya está cansada. Su malestar general, tanto físico como emocional, ha provocado que cada día de trabajo se le haga un mundo. Mila ya no puede tirar más del carro, ya no tiene fuerzas para seguir siendo efervescente en un programa cuyas peleas y tensiones siente que la engullen.
Entre lágrimas, le contaba a Jorge Javier Vázquez, quien ha escuchado con respeto y cariño la angustia de su amiga. "Llevo muchos años en esto, en primera línea de fuego, yéndome a casa mal, y ya no puedo más. Quiero irme a casa, porque no tengo nada más que dar".
Mila, totalmente derrotada, ha mostrado su lado más vulnerable, y todos esperaban que las palabras del presentador obraran el milagro: que solo fuera una sensación fruto del cansancio propio del verano, antes de abandonarse a un merecido descanso estival. Pero la tertuliana estaba en un tono que ahora mismo resulta complicado que abandone, y afirmaba: "No tengo ni esa vitalidad ni tengo ganas de venir ni de los temas, y veo que mis compañeros sí. Se me encoge el estómago. Me siento como un hámster dando vueltas".
La bloguera de Lecturas, que acaba de volver a publicar su columna, declaraba necesitar en estos momentos "tiempo conmigo y en soledad". Al fin y al cabo, mimarse y prestar atención a su interior, desequilibrado por el ruido de tanto batallar en el plató de 'Sálvame'. "Es un problema mío, no del programa", ha querido matizar también.
Mila volvía a desmoronarse al reconocer: "Llevo hablando de las mismas cosas casi 20 años. No cambia nada, no hay nada nuevo, y hay días que me cuesta muchísimo hacer mi trabajo. Creo que ya no sé hacer mi trabajo. Pensaba que estas cosas no me afectaban...". Se trata de una infelicidad que no ha compartido ni con su hija Alba, porque "ella ya tiene bastante con su su vida".
Ximénez ha hecho referencia a la "fragilidad" que la embarga, y al hecho de haber "perdido las ganas". "A veces el cansancio se transforma en ira conmigo pero ahora me está produciendo tristeza. Soy menos yo y eso repercute en la relación con mis compañeros, con mi familia, conmigo misma…", reconocía también. Asimismo, ha acabado diciendo que le haría "ilusión desaparecer y ser anónima un tiempo", y ha recalcado que tiene "suficiente para estar con los míos".