‘Sálvame’ ayer empezó ayer una hora más tarde debido a la comparecencia de Mariano Rajoy, oportunidad que algunos colaboradores no pasaron por alto para… echarse una cabezadita.
Mila pilló a su compañera Terelu sumida en una plácida siesta que le servía para recargar pilas. Le esperaba una tarde intensa con el estreno de su nueva sección al lado de su hermana, Campos de Batalla, y cayó rendida ante los encantos de Morfeo.
“Mi niña, descansando😔😔😔😔😔”, escribió Mila al subir el vídeo de la siestecita de Campos a las redes, un momento que enterneció a los seguidores y a otros les produjo una risa tremenda, como cuando algún compañero se quedaba dormido en una excursión escolar. Solo faltó que los colaboradores le pintaran un bigote aprovechando que Terelu estaba en el séptimo sueño.
Mila y Terelu han tenido sus más y sus menos. Unos enfrentamientos provocados, en su mayoría, por la figura de Carmen, hermana de la malagueña. Una de las más sonadas tuvo lugar este verano, en julio. Terelu terminó abandonando el plató; “a la mierda ya, no puedo más”, decía mientras se arrancaba el micrófono e, irónicamente, Kiko Matamoros, trataba de calmarla. Solo tres meses después sería él quien se marcharía del programa de exactas maneras. Eso sí, para no volver. "Yo no he dicho nada malo, no he dicho que sea una delincuente ni que haya atracado un banco, estoy diciendo que en ese sentido mintió, punto y pelota, ¿es tan malo? ¡Que aquí sufrimos todos! ¡Que yo también tengo dos hermanos con cáncer, que aquí lo pasamos mal todos! ¡Ya está bien hombre, joder, ya está bien! ¡Todos tenemos conflictos y lo pasamos mal! Y yo sé quitarme el micro y sé llorar también, pero aquí me quedo", dijo Mila visiblemente dolida por lo ocurrido. Pero así funcionan las cosas en el universo ‘Sálvame’ donde los trenes descarrilan y vuelven a los raíles con pasmosa facilidad.
Ahora las dos colaboradores han retomado su amistad. No hay más que ver que Ximénez no falta a la ‘noche de chicas’ que Terelu organiza en su casa, y no duda en llamarla cariñosamente “mi niña”. ¡Qué prosiga el buen rollo!