Meghan Markle está más de actualidad que nunca. La duquesa de Sussex parece haber regresado de las vacaciones con las pilas recargadas y dispuesta a dar un paso adelante. Prueba de ello es que una semana después de que estrenara su podcast junto a Spotify, que ya se ha convertido en el más escuchado de la plataforma, la mujer del príncipe Harry ha protagonizado la portada de la revista estadounidense ‘The Cut’. Una publicación para la que, además de posar como si de una auténtica modelo se tratase, la exactriz también ha dado unas suculentas declaraciones en las que, una vez más, no ha dudado en cargar contra la casa real británica.
Muy sincera, Meghan Markle ha confesado que va a volver a Instagram. Una gran revelación tras la que ha explicado que, después de prometerse con el príncipe Harry, tuvo que cerrar su propia cuenta y utilizar la de Kensington Palace, la misma que usaban entonces Guillermo y Kate.
De hecho, Meghan Markle ha sacado a la luz la férrea estructura a la que tenía que hacer frente dentro de la familia real británica y que le impedía tomar ningún tipo de decisión tanto de su imagen como de la del resto de su familia.
“Hay una estructura por la que si quieres mostrar fotos de tus hijos, como miembro de la familia, primero tienes que enviársela al Royal Rota (los medios británicos. ¿Por qué les daría a las mismas personas que le llaman N-word (un eufemismo de ‘nigger’, apelativo racista con el que se hace referencia a la gente de color) una foto de mi hijo antes de poder compartirla con las personas que sí lo aman? Dime qué sentido tiene eso y luego jugaré a ese juego”, ha explicado la duquesa de Sussex.
Así, Meghan ha puesto sobre la mesa la férrea estructura que hay dentro del palacio de Buckingham, por la que los propios miembros de la familia real británica no tienen ningún control sobre su propia imagen.