La reina Máxima de Holanda y su familia han tenido un gesto lleno de cariño a Sevilla, una ciudad muy especial para ella. La historia en común de Guillermo y ella empezó allí, en la Feria de Abril, lugar al que han vuelto veinte años después para disfrutar de la fiesta de la música y el color. Pero también, por supuesto, para revivir aquel momento mágico que hizo posible lo que más quieren en este mundo: sus hijas Catalina, Alejandra y Ariadna.
Máxima y sus hijas se han sumergido en la celebración más famosa de la primavera sevillana y han llegado al Real de la Feria vestidas de flamenca. Y la opinión pública ha sido unánime: ¡estaban fantásticas! Un guiño con el que desprenden respeto, cariño y cercanía, y también ha dado lugar a comparaciones. Odiosas, pero comparaciones al fin y al cabo. Y es que muchos se preguntaban: ¿veremos alguna vez a Letizia y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, vestidas con bata de cola, sonrientes y relajadas en la Feria de Sevilla? Cuanto menos sería un gesto muy bien recibido, dados los numerosos comentarios que han hecho referencia a este asunto.
La reina de Holanda y sus hijas han elegido a la diseñadora Fabiola García Liñán (modista que se esconde detrás de la firma Fabiola 1987) para su entrada triunfal en el Real de la Feria. Máxima ha elegido un vestido en tono añil muy favorecedor con mantilla en fucsia, a juego con la flor que lucía en el pelo. A Catalina le quedaba como un guante el traje amarillo limón, como a su hermana Alejandra el precioso diseño en verde que hacía resaltar el color cobrizo de sus cabellos. La pequeña Ariadna ha sido la que se ha desmarcado de todas ellas, optando por un juvenil y divertido vestido rojo a topos blancos y detalles verdes en los volantes.