Este martes 19 de junio, la reina Máxima de Holanda ha vivido su vuelta al trabajo más complicada y dolorosa. Hace apenas dos semanas, su hermana Inés, a quien estaba muy unida, se quitaba la vida a miles de kilómetros de distancia, en Buenos Aires. Seis días después de volver de Argentina, donde le daba su desgarrador último adiós rodeada de su familia, Máxima volvía a retomar su agenda de actos oficiales. Lo hacía sola y en un centro de investigación puntero en tratamientos contra el cáncer.
La monarca holandesa ha aprovechado esta primera aparición pública tras el terrible suceso para explicar la enorme lucha personal que mantenía Inés Zorreguieta con la depresión que padecía y lo mucho que sufría todo su entorno con ella. La reina, que durante toda la visita se había mostrado serena e incluso había hecho un gran esfuerzo por sonreír tímidamente, acababa quebrándose en el momento de su discurso. Máxima se desahogaba y expresaba todo el dolor que siente después de perder a su hermana: "Estoy contenta de recuperar mi agenda en este centro, que tanto significa para las personas que padecen cáncer. Personas que están enfermas, pero que no pierden la esperanza de curarse. Mi querida y talentosa hermana pequeña Inés también estaba enferma. Era incapaz de encontrar la alegría y desafortunadamente no pudo curarse. Nuestro único consuelo es pensar que por fin encontró la paz"".
El pasado 6 de junio, María del Carmen Cerruti daba a su familia la noticia más nefasta de todas: había hallado el cuerpo sin vida de su hija Inés. Para su hija mayor, Máxima, y el resto de los Zorreguieta empezaban las horas más desoladoras de sus vidas. La reina cancelaba todos sus compromisos y volaba junto con su esposo Guillermo de Holanda y sus hijos aferrándose al único consuelo de estar al lado de su madre y sus dos hermanos. Los forenses determinaban que Inés se había quitado la vida apenas un año después de que la familia despidiera a su patriarca, Jorge Zorreguieta.