El fallecimiento de Palomo Linares ha dejado sumidos en la más absoluta tristeza a las personas que formaron parte de su vida. La llama del diestro se apagaba a los 69 años este lunes por la tarde, después de someterse una delicada operación a corazón abierto y se complicara el postoperatorio. El domingo sufría un derrame cerebral que le provocaba un coma irreversible y ayer se le desconectaba de las máquinas.
Quien más recorrido vital hizo con él fue su exmujer, la diseñadora de joyas de origen colombiano Marina Danko. Durante las casi tres décadas en las que estuvieron casados, formaron una de las uniones más estables, populares y envidiadas de nuestro país. Ambos ponían fin a su matrimonio en 2012. Aunque su separación fue muy cruda durante los casi siete meses en la que se prolongó, todo lo compartido es mucho más que los malos momentos que coleccionaron durante el punto y final de su amor, y la diseñadora ha recibido la noticia con gran pesar. Aún no se ha mostrado en público ni ha hecho ninguna declaración, pero según su círculo íntimo estaría destrozada por el fallecimiento de su exmarido. Sobre todo, por cómo se habían enfriado las relaciones en los últimos años entre sus tres hijos y el torero.
Ambos habían rehecho ya sus vidas. Sebastián Palomo Linares con Concha Arzuara y Marina con el acaudalado empresario suizo Fabio Mantegazza.
El amor que compartieron dio sus frutos y rápidamente, tras casarse después de siete años de noviazgo, formaron una familia numerosa con sus tres hijos: Sebastián, Miguel y Andrés. Su intención en 2011 de poner fin a su matrimonio supuso la ruptura de la familia unida y envidiable que habían mantenido durante sus tres décadas de unión. Sebastián y Andrés se posicionaban a favor de su madre, mientras que Miguel se decantó por su padre. Desde hacía seis años, Sebastián y Andrés no se hablaban con su padre y Miguel desde hacía dos, según la versión de Arzuara. Finalmente, la grave situación de su padre ha hecho olvidar todos los problemas con él y han podido acompañarle con gran dolor hasta su último aliento de vida.