Mariló Montero, la más maja del mundo entero (como reza su propio contestador), es de esas personas que tienen la autoestima por las nubes. Y muy bien que hace. Ella lo vale. No necesita que nadie venga a regalarle el oído, porque para echarse flores, ya lo hace ella misma.
En esas estaba la periodista el miércoles 22 durante la apertura de la clínica de medicina estética de su amiga y compañera Ana Bellón, cuando la prensa la escogió como la protagonista del evento. Cómo para no. Mariló siempre resulta chispeante y deja grandes titulares. Como el evento de ayer giraba en torno a la belleza, muchas de las preguntas iban dirigidas al físico de la navarra. Que si como te cuidas, que si qué deporte haces, que si te has sometido a algún retoquito… Al menos Mariló no es de las que te dice que las pizzas son la base de su alimentación. No, sería mentira podrida, porque ella vigila lo come, igual que vigila lo que hace. Trabaja con un nutricionista, que le aconseja sobre menús, y también con un entrenador físico, que le hace mover el esqueleto todos los días de la semana. Se lo curra. Y mucho. De ahí que no nos extrañe que diga cosas como esta: “yo todavía no he pasado al bañador, hay algunos que están bonitos, pero del biquini no he pasado, que para eso me machaco”. Ya sabéis, a ella ponerse su traje de baño preferido cada año le cuesta sudores. Que no os vendan otra cosa.
Pero como lo que de verdad importa no está en el exterior, sino en el interior, Montero nos cuenta un poquito más cómo es con sus hijos. “Soy un pedazo de madre. Soy una madre ‘hippy’. Ni con mis hijos ni con nadie soy pesada. Soy moderna, tolerante, dejo que vivan, que viajen…” , la madre 10. Pero eh, que también se preocupa, “me preocupo por ellos, porque estén bien, pero sobre todo que disfruten de la vida y que hagan las cosas que le corresponden sus edades”.
Venga va, y ya que estamos, que nos cuente cómo es de suegra. “Soy genial. A mi Jaime me lo como”. No nos cabía duda, para eso es la más maja del mundo entero.