El auditorio Edgar Neville de Málaga ha sido testigo de los emocionantes homenajes que han recibido María Teresa Campos y Dani Rovira de una tierra que les ha dado todo. La presentadora abandonaba antes de tiempo el 'Debate' de 'GH 18', pero estaba totalmente justificado. La Diputación de Málaga la ha nombrado este martes Hija Adoptiva. Aunque nació en Tetuán (Marruecos), a la edad de un año se instalaba con toda su familia en la ciudad malacitana. Y quedaba unida y enamorada de ella de por vida. "A ver quién dice que no es malagueña", ha dicho Elías Bendodo, presidente de la Diputación.
María Teresa ha estado rodeada de los suyos en un día tan emocionante e importante para ella. Llegaba al auditorio acompañada de su hija Terelu Campos, que no ha podido evitar las lágrimas durante su conmovedor discurso. Junto a ellas, su novio Edmundo Arrocet, con quien se ha fundido en un mágico abrazo sobre el escenario y ha reconocido "que me hace reír". Hasta allí se había movilizado también para cubrir el evento también Kike Calleja, muy unido a la familia Campos.
El discurso de la veterana periodista ha estado articulado por el ictus que sufrió la pasada primavera y del que, afortunadamente, está totalmente recuperada, pero también por uno de las circunstancias más dolorosas y que más le han impactado, la muerte de su hermana Leli en 2015. En aquella prueba con el que "la vida me dio un toque", ha agradecido a sus hijas, Terelu –"mi vida"– y Carmen su ayuda y apoyo "fundamental" e incondicional.
Tanto ella como el actor Dani Rovira han recibido el escudo de la provincia y el pergamino con la acreditación de la distinción que han recibido. El cómico ha sido nombrado Hijo Predilecto y le ha dedicado el premio a su novia, la actriz Clara Lago, con un estilo muy diferente al que nos tiene acostumbrados. "Es de las cosas más bonitas que me ha pasado en la vida. La vida contigo es muchísimo más bonita", le decía desde las tablas del Edgar Neville. Asimismo, Rovira también ha emocionado teniendo un recuerdo de otro malagueño que dejó huella antes de fallecer prematuramente a causa de la leucemia, Pablo Ráez, "lo más parecido a un profeta que he conocido y que nos ha dejado uno de los legados más maravillosos".