No ha podido evitar romperse. María Patiño lleva con las emociones a flor de piel desde que empezó el confinamiento. La presentadora no ha faltado ni un día a sus compromisos profesionales con 'Sálvame' y 'Socialité' aunque no ha sido fácil. “Me pregunté si yo era una irresponsable por venir a trabajar, es verdad que yo tengo el apoyo de los míos y me animan”, reflexionaba tras escuchar a Paz Padilla asegurar que tuvo muy claro que no saldría de casa para poder proteger a los suyos. Ahora, con el paso de las semanas, María está sopesando una decisión para encontrarse más tranquila y poder ayudar a los que lo necesitan.
“Estoy muy revuelta con la realidad que vivimos, intento buscar una justificación a todo esto”. María Patiño no lo está pasando bien. Como muchos, la presentadora se encuentra muy inquieta por la situación actual y busca respuestas a muchas preguntas. “Cuando he llegado a Telecinco me faltaba el aire, estoy muy agobiada y después ya me relajo y se me olvida”, aseguraba en su última tarde en 'Sálvame'. “Hoy he llorado antes de venir, lloro de rabia”. La impotencia ante lo acontecido le ha afectado mucho.
Orgullosa de los suyos, sobre todo de su hijo, al que adora y que le saca una sonrisa cada vez que regresa a casa después de trabajar -“La actitud de mi hijo es para quitarse el sombrero”, ha confesado-, Patiño se plantea dar un giro en su vida para contribuir a mejorar el mundo y lograr algo de tranquilidad en estos complicados momentos. “Estoy valorando hacer un voluntariado”, explica. “Necesito dejar de pensar en mí para no recrearme en algo que no se puede hacer nada”.
Su mejor arma
María reflexionaba en voz alta y confesaba que “pensaba que iba a mejorar, viéndolo a mis 48 años, y que no iba a sufrir tanto. No he sufrido tanto como en la adolescencia, no he ido a peor porque tengo muchas herramientas. Pero sigo siendo esclava de muchas cosas que no tienen sentido, porque a mí no me basta con pedir perdón, porque a mí sentir ira y esas cosas me hace sentir mal”.
“Todo el mundo tiene que decir 'Te quiero" a gritos ahora más que nunca, porque es importantísimo, Jorge”, le aseguraba a su compañero de plató mientras sonaba su ya clásico himno. “Además, el día que yo deje de soñar me vendré abajo. Incluso ahora, cuando tengamos momentos de debilidad y de venirnos abajo, es el momento para subirnos arriba y seguir diciendo 'Te quiero". Y, por cierto, Jorge, nunca jamás dejes de soñar”.