Si esta tarde estaba previsto que hubiera una protagonista en ‘Sálvame’ esa era María Patiño. Al igual que han hecho otros colaboradores a lo largo de esta semana, la presentadora tiene que pasar el examen de sus compañeros, en el que dirán lo que piensan sobre ella. Pero María no solo ha sido protagonista por esto. Antes de someterse a la valoración de las personas con las que comparte plató cada tarde, ha sido el centro de atención por algo muy diferente. Jorge Javier le ha sometido a un íntimo y profundo tercer grado en el que María Patiño ha acabado rompiéndose.
Nada más comenzar a hacerle preguntas a su compañera, el presentador ha notado que no se encontraba bien, que estaba más triste de lo habitual. Le ha preguntado si le pasaba algo y ella ha reconocido que sí, que hoy está siendo un día complicado. Aunque Patiño se siente una privilegiada por poder trabajar y por encontrarse bien de salud, ha dicho que le da “mucha pena lo que está pasando, y mira que mis amigos y mi familia en general están bien”, haciendo referencia a la crisis del coronavirus. A este malestar por la situación actual, hay que añadir que Jorge Javier le ha planteado algunas cuestiones con las que ella no se siente feliz y ha reconocido algunos de sus errores y defectos entre lágrimas.
Sobre cómo es con sus compañeros ella cree que es “bastante pesada, pido perdón, pero creo que me repito y no sirve de nada. Intento hacer las cosas bien, pero entonces me vuelvo a equivocar. Creo que lo sé todo y les doy el coñazo con ello”. Ha querido poner un ejemplo de lo más sencillo y un tanto insignificante, pero con el que ella se sintió fatal. Se trata de un gesto que tuvo con Lydia Lozano unos días que ha explicado con lágrimas en los ojos. “El otro día le mandé un mensaje a Lydia, que me manda siempre mensajes, y le contesté de manera fea. Me preguntaba por una película o algo así y le dije que yo no estaba para eso. Después le pedí perdón, pero es que no se puede actuar así, y creo que en eso tengo que cambiar, no ser el ombligo del mundo. Soy consciente en el momento en que lo hago, y eso me hace sufrir”.
Tras reconocer que estas reacciones hacen que se sienta culpable, el presentador le ha preguntado si considera que es algo que va a peor con el paso de los años. María ha reflexionado y ha dicho que “pensaba que iba a mejorar, viéndolo a mis 48 años, y que no iba a sufrir tanto. No he sufrido tanto como en la adolescencia, no he ido a peor porque tengo muchas herramientas. Pero sigo siendo esclava de muchas cosas que no tienen sentido, porque a mí no me basta con pedir perdón, porque a mí sentir ira y esas cosas me hace sentir mal”.
El momento más bonito de la conversación, un instante en el que a María se le ha cambiado la cara para pasar de las lágrimas a una amplia sonrisa, ha sido cuando ha hablado de sus grandes apoyos, en especial de su hijo. La presentadora ha contado que cuando tiene un mal día “lo hablo con mi familia. Me escucha”, ha dicho haciendo referencia a su marido. Y ha ido más allá al contar que "el que depende de mí”, refiriéndose a su hijo, "me abraza". Con cara de orgullo hacia Julio, su hijo de diecinueve años, ha contado que el joven le anima “al decirme "¡Ay, María Patiño!", cuando llego a casa, que llego diciendo que no sé si lo he hecho bien o mal”. Algo a lo que ella le responde "Déjame, déjame". Soy muy poco cariñosa, me cuesta mucho tocar, besar y abrazar”.
El hecho de hablar de Julio y de su marido ha hecho que María se haya sentido mejor y Jorge ha logrado que saque su lado más positivo con la canción ‘No dejes de soñar’ de Manuel Carrasco de fondo, un tema que María ha convertido en uno de sus himnos. El presentador le ha pedido que lanzara un mensaje de fuerza y aunque primero ha dicho "no tengo mucha energía hoy para compartir", finalmente se ha arrancado. "Todo el mundo tiene que decir 'Te quiero" a gritos ahora más que nunca, porque es importantísimo, Jorge. Además, el día que yo deje de soñar me vendré abajo. Incluso ahora, cuando tengamos momentos de debilidad y de venirnos abajo, es el momento para subirnos arriba y seguir diciendo 'Te quiero". Y, por cierto, Jorge, nunca jamás dejes de soñar”, ha finalizado esta conversación en la que tras romperse ha logrado recomponerse.