Anoche, desde nuestro sofá, pudimos descubrir cómo es la casa en Palma de Carolina Cerezuela y Carlos Moyá. La pareja inauguró la segunda temporada de ‘Mi casa es la tuya’, y hasta la isla balear viajaron Bertín Osborne y Fabiola. Con ellos, además de sus respectivas carreras y de sus proyectos futuros, hablaron de cómo surgió el flechazo entre uno de los matrimonios más compentrados del panorama rosa.
Cuenta Carlos que él fue quien primero se enamoró. Y lo hizo a través de la pantalla del televisor. No le hizo falta si quiera conocerla para saber que la mujer que tenía delante iba a ser la madre de sus hijos. Asegura que se quedó prendado de ella en el momento en el que la vio. “Yo la vi por la tele y me enamoré”, “¿ah sí?”, se interesaba Bertín. El tenista, mientras preparaba el arroz brut, contó que a través de un amigo común le pidió el mail de la actriz, pero que ella no le contestó de primeras… el problema estaba en que el mensaje se había colado en la carpeta de spam, y Carolina no se había enterado que Moyá le había escrito. Este amigo llamó a la actriz y le dijo que le había dejado en mal lugar, y ella, aún sin saber que se trataba de Carlos, le escribió de vuelta. Estuvieron mandándose correos todo un mes, y de ahí pasaron al sms. Hasta que no pasaron dos meses no se conocieron físicamente. “Cenamos con amigos, y yo me levante al día siguiente diciendo ‘ya está, es el hombre de mi vida’”.
Y así fue como se fraguó una de las parejas más sólidas de la actualidad. Ahora tienen 3 hijos preciosos y están encantados con la familia que han formado, sabiendo con certeza que tomaron el camino correcto cuando escribieron aquellos mails en los que se contaban cómo les había ido el día.