La fecha del 30 de mayo de 2013 la recordará para siempre Santina Biondo. Fue la fecha en la que se le paralizó la vida. Su hijo, Mario, casado con la presentadora Raquel Sánchez Silva, había sido encontrado muerto en su casa. La vida del cámara se acabó y, en parte, también lo hizo la de su madre. "Una mano asesina ha puesto fin a su vida y también ha destruido la nuestra”, cuenta su madre. A partir de entonces su existencia no volvió a ser la que era y, desde entonces, no ha parado de luchar para esclarecer qué sucedió con Mario. De buscar justicia, algo que ella considera no ha tenido su hijo.
Jaleos de El Español, en el quinto aniversario de la muerte del cámara, se ha puesto en contacto con Santina quien ha confesado cómo se encuentra ahora. "El dolor lo tengo siempre presente. Está en mi corazón y cada día es más profundo".
Los últimos meses han sido especialmente turbulentos para ella tras hacerse públicos, en marzo, los últimos informes, donde se demostraba que el marido de Raquel no se quitó la vida, sino que hubo terceras personas implicadas en su muerte. Unos avances que conducían, al fin, a que se tomaran declaración a las personas que han realizado los diferentes informes, esos que todos concluyeron como causa de la muerte un asesinato llevado a cabo por una persona que no solo golpeó en la cabeza al esposo de Sánchez Silva, sino que posteriormente le asfixió. Los Biondo tratan de hacer ver que la escena en la que Mario fue encontrado, había sido preparada por otra persona. "Cinco años intentando demostrar la verdad con las pruebas, negro sobre blanco, de los prestigiosos peritos que han señalado que Mario fue asesinado”, cuenta la madre del fallecido.
Santina, a pesar del desgaste natural que provocan esta clase de batallas, se muestra firme y confiada: “No tengo miedo, ya me han hecho el peor mal ¡Nunca me rendiré, para detenerme, también tendrán que matarme!". Y avisa a los que dudan de ella, "deseo dejar un mensaje a los asesinos de mi hijo y los cómplices: Si esperaban a una pobre madre siciliana que se resignara fácilmente ante este crimen infame, se equivocan".